Para mí siempre ha sido todo un ritual ir con el bolero. Ir con el bolero es como ir con el barbero, puede haber pláticas sobre temas políticos o deportivos sin sentimientos encontrados. Desde joven que iba con mi padre por la Plaza Hidalgo cerca del Museo Metropolitano de Monterrey después de tomar un café en el Sanborns que está por la zona. Digamos que el olor a grasa de zapatos me trae buenos recuerdos.

Hoy por la mañana pasé con el bolero oficial y empezamos una plática de principios de año, pues desde el año pasado no pasaba con él. Por veinte pesos sale más barato que ir por una taza de café.

El bolero para empezar la plática me preguntó sobre lo que pienso sobre el trabajo que ha estado haciendo el presidente López Obrador, le comenté, sin ahondar en detalles, que me parece que ha habido mucha crítica sobre temas banales y no se ha hecho un real análisis sobre lo que se ha estado logrando en este año y meses que lleva AMLO en el poder. Mientras cepillaba mis zapatos, el joven bolero me dijo que López Obrador ha estado pisando muchos callos y que la gran mayoría de éstos han sido de las personas que ahora se están quejando sobre los cambios. Esos que han hecho miles de comentarios sobre la supuesta rifa del avión presidencial o los que publican historias sobre las fallas del sistema de salud, un día sí y el otro también.

El bolero empezó aplicar la grasa en los zapatos y le pregunté qué piensa sobre los sistemas recaudatorios y que si él estuviera dispuesto a facturar sus servicios. Me sorprendió la respuesta, pues no por quedar bien conmigo me dijo que él si estuviera dispuesto a dar facturas sobre lo que gana si esto le garantizará tener acceso a la seguridad social. Sabiendo que estos impuestos serían aplicados directamente a la seguridad, a la iluminación y pavimentación de donde él habita, me dijo sin dudar, “yo facturaría para pagar impuestos sin problema”. Hablamos de cómo muchas personas de otros estratos socioeconómicos se rasgan las vestiduras cuando se habla de que habrá menos maneras de deducir impuestos. Comentamos cómo muchas compañías se aprovechan y reportan un sueldo menor al que realmente perciben sus trabajadores al momento de cotizar para el IMSS.

También hablamos de cómo hay compañías que solo tienen registrado a un porcentaje de los trabajadores en el Seguro Social mientras tienen a otros sin el servicio y que éstos solo son dados de alta cuando se enferman.

Del avión presidencial no hablamos porque sabemos que es algo en lo que se han ensañado los medios más que el presidente. Que si lo rifan, que si lo venden, eso solamente distrae a todos de los temas que realmente importan.

El emprendedor bolero estaba ya en la parte del lustre de mis zapatos. Le pedí su opinión sobre el presidente y me dijo que AMLO estaba haciendo un buen trabajo pero que muchos cambios los estaba haciendo sin tener una red de seguridad y al no tenerla estaba expuesto a críticas. Como cualquier persona que está tratando de cambiar las cosas ha tenido que enfrentarse a problemas como el desabasto de medicina que pudo haber sido provocado por las mismas farmacéuticas como una manera de reclamo a las nuevas maneras de tratar con las autoridades de salud gubernamentales me dijo mientras terminaba de lustrar los zapatos.

Terminó el tiempo y el bolero ya tenía un cliente esperándolo. Le agradezco la boleada, la plática y quedo con él de verlo en los próximos días con otros zapatos para darle su respectiva limpieza. El que cliente que seguía de mi venía con audífonos y al momento de sentarse tomó el periódico y lo levantó. De lo que se perdió al no platicar de cualquier tema con el bolero.