Los miserables que lucran con las vacunas 

En mi querido Nuevo León, en el municipio de San Nicolás algunas personas se atrevieron a vender vacunas apócrifas supuestamente que sirven para protegerse contra la temida COVID-19.

Ayer en la noche, la Copefris encontró productos apócrifos con número de lote y fecha de caducidad que pudieran engañar a las personas que andan buscando esas vacunas y están dispuestas a pagar de 11,000 a 22,000 pesos por la supuesta vacuna.

Póngase a pensar, ¿usted iría a una clínica que se llama Spine Clinic a aplicarse una vacuna contra cualquier cosa? ¿Por qué una clínica que por su nombre es para problemas de la espina dorsal esta ofreciendo vacunas? ¿Usted cree que cualquier clínica del estado de Nuevo León o del país tenga las capacidades de ultracongelación que necesita la vacuna de Pfizer para que realmente sea efectiva?

En el mundo, repito, en el mundo ningún particular tiene la capacidad de vender vacunas contra el COVID-19 pues las farmacéuticas las están distribuyendo solo por medio de las instituciones de salud de los países. En otras palabras, la cantidad de vacunas que se esta produciendo ahora solo la tienen los gobiernos de los países y no alguna farmacia o clínica.

Ayer, Manuel de la O, secretario de Salud del Estado de Nuevo León, declaró que hay una mafia que esta aprovechándose de la escasez y de lo complicado que es aplicarse la vacuna y se esta ofreciendo este medicamento de Pfizer. Señalo que en el fraccionamiento Las Misiones, uno de los mas exclusivos de Monterrey, se “vacunaron” entre 80 y 90 personas.

También de la O mencionó que tiene informes de otras clínicas y hospitales que están ofreciendo y aplicando la vacuna y advirtió que no se la deberían de aplicar pues pudiera ser una sustancia dañina.

En la clínica en San Nicolás hubo un operativo que logró capturar a 6 personas y se abrió una investigación sobre el caso. A mi juicio, a estas personas les deberían de aplicar una pena grande pues eso es un delito contra la salud y grave.

Recuerda el caso de un exgobernador de Veracruz que le inyectaba solución salina a niños con cáncer en lugar del medicamento real, pues de ese tamaño es la falta de las personas que andan inyectando esas vacunas

La gran diferencia es que en la situación de los niños se les aplicaban las vacunas sin que ellos tuvieran culpa, acá los compradores son en parte culpables pues estuvieron dispuestos a pagar por una vacuna que se consiguió de una manera ilegal, si esta fuese real.

Imagine que desastre sería si las vacunas fueran soltadas a particulares que solo estuvieran buscando lucrar con la salud.

Ahora, la mejor solución es que solo se tenga una manera de aplicarse el medicamento. Al final las profecías de que si se vendiera la vacuna solo se la pondrían los que la pudieran pagar se vuelve realidad con el pago que realizaron por la aplicación de estas vacunas apócrifas. 

Imagínese a Juan Pueblo juntando 11,400 pesos para aplicarse una vacuna que cuesta mucho menos. Esperemos que las personas que están buscando vacunarse de esta manera no sigan financiando a los que distribuyen este tipo de vacunas, que al final no son vacunas.