Siguen engañando al gobernador de Jalisco los altos funcionarios responsables de la salud pública en la entidad, traicionando la confianza del mandatario y de la sociedad jalisciense, y es necesario que así como se hizo con los altos funcionarios estatales de seguridad que fallaron por ineptos y por haber faltado a la confianza en ellos depositada, también se remueva de sus cargos a los responsables de la salud en el estado; el Secretario Fernando Petersen Aranguren y Consuelo Robles, titular del Organismo Público Descentralizado (OPD) Servicios de Salud.

Quienes vivimos en territorio jalisciense tenemos claro dos cosas; que estamos en medio de una pandemia que ya se ha salido de control, y que el este grave problema es resultado de la ineptitud y la lucha de poder que sostienen los encargados de la salud en el estado. De acuerdo con el Panorama Epidemiológico 2019 de la Secretaría de Salud a nivel federal, Jalisco ocupa el segundo lugar a nivel nacional en cuanto al número de casos; hasta la semana 40, la entidad registra cinco mil 704 casos confirmados, quedando por corroborar 39 mil 226 pacientes a los que se sometió a análisis de laboratorio, además de que se han confirmado 13 decesos y 48 más de encuentran por determinar.

La crisis se vive en todos y cada uno de los hogares ya sea porque les ha tocado despedir a algún ser querido fallecido a causa del dengue, porque están en estos momentos batallando con algún o algunos familiares enfermos, porque es uno mismo el paciente o porque simplemente se está sosteniendo una lucha constante con el mosquito y defendiéndose a base de vitaminas, repelentes en todas sus presentaciones, remedios caseros, raquetas eléctricas y cualquier medio que se diga es efectivo para evitar el contacto con los mosquitos portadores del dengue. Según las autoridades, la última semana el número de colonias del Área Metropolitana de Guadalajara con brote de dengue pasó de 39 a 80, pero sin duda la cifra debe ser muy superior.

Ahora bien, en cualquier país del mundo que atravesase por una crisis sanitaria como la que vive Jalisco a causa de la pandemia del dengue que tiene posiblemente infectados a alrededor de 40 mil personas, seguramente ya habrían comenzado a rodar cabezas desde los más altos niveles de gobierno comenzando por las autoridades de salud. De tal manera que resulta incomprensible que el secretario del ramo, Fernando Petersen Aranguren, mantenga el puesto, cuando por mucho menos de lo que ocurre en esta entidad ya en otras latitudes habría causado baja e inclusive con cargos por responsabilidad penal.

Y es que, existen voces que han declarado que fue a causa de la lucha de poder que sostiene el secretario con la titular del OPD Servicios de Salud, Consuelo Robles, lo que detonó el grave problema causado por el dengue.

Se ha mencionado que “no se compraron a tiempo los plaguicidas para fumigar y amortiguar, como cada temporada, la propagación del virus del dengue, acusó el regidor de Tlaquepaque, Alberto Maldonado en entrevista con Guillermo Ortega en Informativo NTR”.

La secretaría de Salud este año no lanzó la licitación en el mes de marzo, como se venía haciendo, sino fue apenas hace unos días, cuando la crisis fue evidente, que se publicó la convocatoria.

Se dijo también que las autoridades no han actuado con prontitud y se han manejado en la opacidad, situación que es violatoria al derecho a la salud e información que tienen los ciudadanos.

Incluso también se expuso que ante la necesidad de comprar los productos de combate al dengue “las autoridades de Salud están haciendo “negocio” con las licitaciones, pues se han hecho por adjudicación directa a empresas cercanas al secretario Fernando Petersen Aranguren.

A nadie se ha podido engañar con el cuento de que las autoridades de salud actuaron en tiempo y forma para prevenir la propagación de la enfermedad. La primera queja de los ciudadanos es que ninguna brigada de salud llegó a sus hogares para revisar los tinacos, piletas de agua, fuentes, patios y cocheras, y tampoco les entregaron el abate, que es lo único que puede matar los huevecillos del zancudo en el agua. Además, señalan que nunca se vio circulando algún vehículo fumigando ni haciendo nebulizaciones en las calles como lo acostumbraba hacer el gobierno anterior.

Ahora que si de responsables de la negligencia se trata, habrá que mencionar a la dentista Consuelo Robles, quien en la legislatura pasada, como diputada presidenta de la Comisión de Salud se rasgaba las vestiduras y exigía acción a las autoridades del área porque se habían detectado 74 casos de dengue, pero hoy que es ella quien tiene la responsabilidad como titular de los servicios de salud, lo más que se le ha escuchado es un reclamo a los ciudadanos por no descacharrizar sus patios y cocheras.

La funcionaria, apenas el 9 de septiembre, informaba la contratación de 140 brigadistas para realizar fumigaciones y así combatir el dengue en la Zona Metropolitana de Guadalajara, es decir, cuando ya se registraban alrededor de dos mil brotes de la enfermedad y se hablaba de dos decesos, ella recién subía imágenes a su redes sociales compartiendo información de que estaba iniciando la capacitación a brigadistas y en entrevistas rechazaba que la respuesta en la atención hubiese sido tardía.

Pero definitivamente si hay que ponerle nombre y apellido al responsable de la pandemia, ese no puede ser otro que el Secretario de Salud, Fernando Petersen Aranguren, de quien algunos legisladores locales de Morena llegaron a pedir la cabeza pero el pleno de los diputados prefirió obedecer a sus intereses y resolvió desechar la iniciativa que planteaba la remoción del doctor, que no está de más decirlo, simple y sencillamente falló ante la alta responsabilidad que se le otorgó y que hoy mantiene a decenas de miles de jaliscienses pagando por su ineptitud.

El caso es que son los ciudadanos a quienes les ha correspondido padecer la incompetencia de quien debiera prevenir, atender, cuidar y proteger su salud.

Mientras tanto, las filas de pacientes en los hospitales públicos son interminables ya que no se dan abasto para satisfacer las necesidades de atención de centenares de personas que se dan cita cada día padeciendo y batallando con los ya de por sí, terribles síntomas de la enfermedad. Lo más preocupante, es que no se ve la luz al final del túnel, es decir, no se en conoce de nuevas estrategias ni personal ni elementos para combatir el terrible dengue, que valga mencionarlo, únicamente ha ocasionado “bajas” de ciudadanos en tanto no han rodado cabezas de funcionarios.