“Amarillo no me pongo, amarillo es mi color.”

 “Los dos amigos” / Lupe Tijerina / Cadetes de Linares

La verdadera vocación de Alejandro Junco de la Vega (Reforma / El Norte / Mural) es la victimización, el martirologio. Para ejercer de mártir hay que ser soberbio. Durante mucho tiempo, desde que le arrebató el periódico a su padre Rodolfo, Junco de la Vega ejerció un periodismo de derecha, crítico y militante, enfrentándose a los presidentes priistas y panistas. Nunca admite equivocarse, hasta cuando miente, tergiversa o distorsiona. Alejandro, confrontado al populismo y al neoliberalismo, no ha decodificado aún la gestión de un gobierno de izquierda.

Ahora, con los cambios editoriales de hace meses, se ha refugiado en la derecha golpista, Reforma es el vocero de la derecha y, se sabe, la verdadera ideología de los conservadores es la hipocresía. Alejandro le cedió el periodismo crítico a los intereses de la derecha. Para ello ha conformado una línea editorial a modo, amarillista, sensacionalista, con directivos a modo y con colaboradores a modo, como Enrique Krauze, Denise Dresser y Jesús Silva-Herzog Márquez, por mencionar a los más prominentes (ínsula extraña: Juan Villoro).

Veamos la nota acerca de los tiempos oficiales de radio y televisión.

La Jornada: “Se devolverán tiempos oficiales en radio y televisión: López Obrador”

El Universal: “¿Qué son los tiempos oficiales del Estado en radio y TV que devolverá AMLO?”

Proceso: “AMLO renuncia a tiempos oficiales en radio y televisión”

Tres casos que usan el verbo “devolver” o “renunciar”. ¿Cuál fue la cabeza de Reforma?

“Da AMLO 'regalazo' a radio y TV; devuelve tiempos”

¿“Regalazo”, Alejandro Junco?

El enfoque amarillista, sensacionalista, es evidente.

En su edición impresa de hoy hace un comparativo del monto de los apoyos del PIB, cómo se dan en EU y cómo en México, obvio, pone a la 4T de la fregada. Ayer, básicamente empresarial, aseguró que “Asfixiada por crisis clama IP un respiro” y desplegó una cita de Winston Churchill. El miércoles 31 Reforma hizo eco de The Washington Post para infundir pánico porque podríamos estar como Italia y Nueva York; ese mismo día en portada en uno de sus titulares, a través de una entrevista con Javier Sicilia, califica a Andrés Manuel como “demencial”. El lunes 30 de marzo Reforma registró que el presidente los había acusado por la provocación de un reportero del medio al querer tomarle la temperatura cuando ya se la habían tomado oficialmente en el aeropuerto y el reportero lo quiso hacer de nuevo, sin facultades médicas para ello. Reforma registró el hecho, pero ni contestó ni se disculpó.

Hay decenas de notas en contra de Andrés Manuel López Obrador en Reforma. Alejandro Junco de la Vega se dice víctima de la 4T, no hay tal, aunque su vocación sea el martirologio, el sensacionalismo. Amarillo no se pone, amarillo es su color.