La “fifiriza” pegó brincos y respingos cuando se anunció que Rosario Ibarra de Piedra presidiría la Comisión Nacional de Derechos Humanos. ¿Por qué no les gusta una mujer activista que lucha contra los desaparecidos políticos y la persecución política? Porque ellos lo que quieren son “guamazos, no abrazos”.

Así lo declaró uno de sus voceros, Javier Sicilia, cuando dijo: “¡Lo que hace falta en la CNDH es un hijo de la chingada! ¡Una cabrona, un cabrón bien hecho y plantado!” (confundiendo la labor de un defensor de los Derechos Humanos con un general del ejército de Trump).

¿Y cómo no van a querer sangre, si la 4T les quitó sus privilegios y sus transas?

Tras un debate por supuesto fraude electoral, se elegirá nuevo titular. Marko Cortés, dirigente del PAN, no quiere que se repita la terna (¿cómo una mujer, y de izquierda? ¡Solo faltaría que pusieran otra más punk, lesbiana y marihuana! ¡Casto Señor San Vicente!)

Por lo pronto, se manejan estos nombres como sus meros “gallos”:

Luis Echeverría Álvarez.

Laura Zapata.

Enrique Alfaro Ramírez.

El “Piojo” Herrera.

Javier Lozano.

Celia Lora.

El “jefe” Diego.

Williams Kaliman.

Miguel Ángel Yunes.

Sebastián Piñera.

Mariana Gómez del Campo.

El “Bronco”.

Carlos Trejo.

Alfredo Adame.

Arnold Schwarzenegger.

Denise Dresser.

“Borolas”.

“Paquita la del Barrio”.

Chumel Torres.

Vicente Fox.

Sarita Sosa.

Medina Mora.

Romero Deschamps.

Xóchitl Gálvez.

Irving Pineda.

Ricardo Alemán.

Alejandra Barrales.

Miguel Ángel Mancera (o alguno de sus policías que levantaron y atacaron al estudiante Marco Antonio Sánchez).

Algún “lord” o “leidi”, balconeado en las redes.