Nunca había visto una transformación como la de David Páramo. ¿Cuándo le llegó ser transgénero? ¿En qué momento pasó de ser un analista financiero a un bufón? Convertido en patiño de Ciro Gómez Leyva, David empieza a ser un caso, mediáticamente, psquiátrico. Algunos de los asistentes al circo de las redes sociales le aplauden, otro no; su medio ya no sólo es el financiero, lo suyo ahora es el espectáculo. Espero el regreso de su análisis puntual, serio, al que nos tenía acostumbrados, desde luego, cribando sus alabanzas en el y al antiguo régimen.

Junto con Alicia Salgado, a la que considero la mejor analista financiera del país, Enrique Quintana es el más serio, estemos de acuerdo o no con sus posiciones políticas. Enrique casi ha logrado lo imposible en el periodismo y análisis: desde la prudencia, buscar el equilibrio. Aquí los extremos no se tocan, frente al delirio de Páramo, la mesura, el balance de Quintana.

Escribe hoy Enrique en El Financiero: “En el caso específico de México, además del gran telón de fondo del debilitamiento de la moneda estadounidense, hay factores específicos que hacen la diferencia de una caída de 1.2 a otra de 8.5 por ciento.

“El rendimiento que ofrecen los bonos en pesos, como Cetes o bonos de largo plazo, ha sido un elemento atractivo. Otro de los factores es el horizonte de las finanzas públicas, que se visualizan con estabilidad y equilibrio en el mediano plazo.

“Estos factores fueron tomados en cuenta ayer cuando se realizó la colocación del primer bono en dólares en la era AMLO a un plazo de 10 años.

“El resultado, que implicó una demanda cuatro veces superior a la oferta, a una tasa de 4.57 por ciento, es un síntoma de la confianza que los inversionistas están percibiendo en la nueva administración.

“Le hemos comentado insistentemente que los criterios de valoración que utilizan los inversionistas extranjeros son distantes y fríos.

“No están metidos en la contienda política y calibran los riesgos y los rendimientos, observando que sean consistentes. El resultado de la colocación de ayer es una muestra de la apuesta que están haciendo los inversionistas hacia los activos mexicanos.

“Regresando al tema original, los datos sustentan claramente que la ganancia del peso frente al dólar deriva fundamentalmente de la buena percepción que tienen los inversionistas extranjeros de las perspectivas económicas del país más que de un fenómeno internacional”.

Escribe Alicia Salgado en Excélsior: “No sólo sus bases políticas, sino también las de inversionistas globales han confiado en lo que dice Andrés Manuel López Obrador y su secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, pues, en la práctica, le digo que los mercados se alimentan de hechos y realidades y no de declaraciones.

“La realidad es que el gobierno de AMLO vendió su primer bono soberano a 185 puntos base por arriba del bono del Tesoro a 10 años y le concedió 10 puntos adicionales y no 35 como normalmente se pide para una nueva emisión, ambos factores muy por debajo de lo que han colocado emisores emergentes en los últimos seis meses, justo cuando se han apretado los diferenciales y las tasas riesgo-país.

“Hay que aplaudir también el trabajo de cierre que realizaron Bank Of América Merrill Lynch, que en México encabeza Emilio Romano, y sus colíderes, Morgan Stanley y Barclays, porque la colocación del bono soberano no se vio en nada afectada por el tema del desabasto de gasolinas y la percepción negativa que generó la presentación del director de Finanzas de Pemex, Alberto Vázquez”.

La comentocracia había celebrado “el fracaso” de la presentación en Nueva York ante inversionistas, analistas y agencias calificadoras la estrategia financiera y de seguridad de PEMEX por parte del director Corporativo de Finanzas. Y, sin embargo, aquí están los hechos. No sólo es el dólar, como afirma Enrique lo destacable es que los inversionistas apuestan por México. O, como menciona Alicia, Wall Street respalda a Andrés Manuel López Obrador.