Suena a Misión Imposible intentar revivir una economía marcada por la caída de las inversiones, el empleo, las notas de las calificadoras, el pronóstico de crecimiento del consenso de los analistas y la confianza de inversionistas y consumidores.

Más aún, cuando el entorno global es poco favorable en lo económico y aún, y por un periodo de tiempo todavía impreciso pero que se prevé largo, por la sombra del Covid-19.

Y sin embargo, más allá del discurso, nada puede haber más importante que contener el efecto que la crisis económica, que ya estamos viviendo, pueda tener en los mexicanos, muy en especial para los segmentos de menores ingresos, que poco podrán hacer, aun y considerando cualquier política asistencial, ante la falta de empleo y la caída de sus ingresos.

Y no, la solución a un problema tan grave no se puede basar en la esperanza del consumo interno, o en un gobierno asistencialista que se asuma como el principal motor de la economía...

La solución, mucho más allá del discurso político, debe estar sólidamente soportada en un poderoso e integral Programa Económico que ponga en juego toda la fuerza del Estado para apoyar a la iniciativa privada, mandar señales positivas al mercado para mantener y elevar inversiones, y hacer cuanto sea posible para defender las exportaciones.

Un Programa Económico in-te-gral... IN-TE-GRAL... que entienda que la capacidad de recuperar empleos está directamente vinculada a las capacidades de las empresas... Y que esas empresas necesitan en este momento todo tipo de apoyos para salir adelante.

Es lamentable que a estas alturas del partido no haya habido programas de apoyos fiscales y no existan mecanismos suficientes y oportunos para evitar que se sigan perdiendo empleos, lo que tendría que ser una prioridad después de que fuentes oficiales anunciaran que, como resultado de la pandemia, 12 millones de mexicanos habían perdido sus ingresos o parte de ellos.

Nunca es tarde... El gobierno federal debe lanzar un Programa Económico de alto impacto que integre las oportunidades de toda la transversalidad del Estado Mexicano, pero que además ponga especial atención en todos los procesos regulatorios de índole local, que son también un cuello de botella para la esperanza de acelerar la reactivación de la economía.

Todos los sectores productivos son importantes, porque todos refieren a la capacidad de sobrevivencia de una región y segmentos muy específicos de población.

Y sin embargo, el programa del gobierno tendría que poner énfasis en actividades de alto impacto regional, altamente generadoras de empleo, y que con los apoyos adecuados puedan acelerar la reactivación para cumplir con el papel que les corresponde como motores de la economía.

En ese apartado tendría que estar la construcción, que implica actividades en todas, pero todas las regiones del país, generando millones de empleos y moviendo cadenas productivas que impactan en 37 ramas de la economía.

Y la verdad es que la esencia de la reactivación de la construcción es bastante simple... Basta con que el gobierno, en sus tres niveles, acelere la obra pública y adelante cuanto sea posible el ejercicio de los presupuestos que esto supone, agilizando los procesos que permitan que las empresas puedan trabajar y cobrar cuanto antes.

Basta con que el gobierno federal mande señales de confianza a todas las instancias de los mercados relacionados con la construcción, lo que implica posibles consumidores de bienes fundamentales, como la vivienda, pero también instituciones financiera, inversionistas y desarrolladores inmobiliarios.

Basta con que el gobierno mande también señales claras a los gobiernos locales y alcance acuerdos con ellos, para que estos entiendan el problema y dejen de ser un obstáculo más y se conviertan en facilitadores de la construcción, en especial de toda obra privada.

Acelerar la reactivación de la construcción es requisito fundamental para reactivar la economía nacional, en especial cuando se habla de la obra privada, por el impacto que ello tiene en las economías locales en materia de generación de empleo y por tratarse de actividades que prácticamente no requieren recursos públicos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador y su 4T están ante su prueba de fuego... Habrá de medirse la capacidad que tengan para conciliar objetivos y sumar fuerzas con la iniciativa privada para sacar adelante al país.

El presidente tendrá que tomar espacios para mandar señales de confianza con argumentos que respondan a las inquietudes de consumidores, productores e inversionistas.

Se trata de sumar fuerzas para lograr que sectores, como la industria de la vivienda, cumplan con el papel social y económico que deben tener en momentos de crisis.

Hay que aprovechar rezagos históricos para convertirlos en oportunidades...

Y sí, es terrible el rezago que prevalece en materia de vivienda y terrible también el grado de calidad de la mayoría de nuestras ciudades.

Ambos temas son retos sociales de primer orden que ocupan un lugar destacado en la visión de la actual administración...

La oportunidad está en tomar estos retos y convertirlos en detonadores de actividades productivas que, además de hacer frente a esa demanda social, tienen capacidad de ser una actividad antíclica, justo de esas que tanta falta le hacen en estos momentos al país.

* Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.