El hiyab, o chador en Irán, es el pañuelo con el que las mujeres musulmanas se cubren su cabeza y su cuello para andar en público.

Pues esta prenda tan islámica fue adoptada por otras mujeres no mahometanas en manera de solidaridad con la casi cincuentena de víctimas de un loco que se metió a una mezquita y disparó a diestra y siniestra en Nueva Zelanda.

Las mujeres en Auckland, Wellington y Christchurch hicieron públicas fotografías de ellas mismas con el hiyab puesto. Algunas lo hicieron con sus hijas.

Esta muestra de solidaridad con la comunidad musulmana es una señal de esperanza en un mundo tan convulso y tan violento como el que estamos viviendo en este arranque del siglo XXI.

Pero la lucha no termina ahí y se extiende a otra arena, en la cual los políticos neozelandeses exigen a la poderosa norteamericana Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) que saque sus manos y sus cabilderos de los asuntos de ese país de Oceanía.

Esto por la intención de los legisladores de prohibir armas de fuego automáticas, en reacción a la masacre de Christchurch.

Judith Collins, miembro del Partido Nacional de centro derecha, dijo que durante su administración como ministra de policía, se enfrentó a la oposición de la industria de armas y los grupos de presión del país, esto por el intento de crear leyes de armas más estrictas en ese país.

Collins denunció a los cabilderos pagados por la NRA, quienes han seguido en su afán de presión para que las leyes de armas no cambien.

Una lección lejana para México, y para aquellos que quieren suavizar las leyes de posesión de armas mexicanas, que se encuentran entre las más estrictas del mundo.