Una entidad con tantos intereses, políticos y económicos, como la Policía Federal, desde los tiempos en que la corporación pertenecía a la SCT, ha estado rodeada siempre de misterios y complicidades.

 El Presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó   en su conferencia matutina que la Policía Federal "estaba echada a perder" y por eso se daban grandes resistencias a su transformación.

Aunque el mandatario negó que vaya a haber despidos o que sus elementos podrían ser transferidos por la fuerza a la Guardia Nacional, la protesta se hizo presente en el escenario ya de por sí complicado de la gobernabilidad del país. 

"A la Policía Federal decirle que no se va a despedir a nadie, van a tener sus mismos sueldos, sus mismas prestaciones, no se va a obligar a nadie a que pase a otra corporación", aseguró López Obrador en su conferencia de prensa matutina, luego de las protestas de sus integrantes, sobre todo en la base de Iztapalapa, en la Ciudad de México. 

El mandatario soslayó los niveles en los que se incubó una de las mayores corrupciones dentro de las estructuras policíacas de México.

Felipe Calderón entregó la corporación a Genaro García Luna. Seis años más tarde Enrique Peña Nieto la puso bajo el control absoluto de su secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.

En ambas transiciones solo cambiaron algunos rostros en los mandos medios. Pero las formas y los métodos de corrupción se mantuvieron intactos.

En la historia de la Policía Federal siempre han existido intereses de muy alto nivel. 

Es evidente que el malestar que aflora con la incorporación de muchos de sus cuadros proviene de los intereses del pasado que aún tienen injerencia en la operatividad.

Y la inconformidad en automático se traslada a todos los niveles, ya que no tendrán la misma libertad de movilidad y acción de la que gozaban en los tiempos pasados. 

En conferencia de prensa, el secretario de Seguridad Alfonso Durazo atajó de manera contundente las dudas de los manifestantes.

Aseguró que no hay ningún motivo de preocupación para los elementos de la PF que integrarán la Guardia Nacional, pues se respetarán sus derechos y dignidad. 

Durazo aseguró que la transferencia de elementos de la PF será voluntaria y se respetarán todos sus derechos relacionados con sueldos, prestaciones, antigüedad, grado, entre otros, en cumplimiento con el reglamento de la GN. 

El titular de Seguridad Pública refirió que en caso de no querer ser transferidos a la Guardia Nacional o no acreditar los exámenes correspondientes, los efectivos federales cuentan con la opción de laborar en otros cuerpos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, respetándose sus derechos y antigüedad. Además, señaló que todos los efectivos federales podrán optar por la región que más les convenga sean desplegados. 

Entonces, si no van a perder su antigüedad y derechos laborales, y además pueden elegir la región en caso de ser admitidos en la GN, ¿cuál es el verdadero origen de la protesta? 

Lo que se nota en este caso, es que la protesta nace  con otro tipo de móviles que no son precisamente los laborales. 

Los ex secretarios de Seguridad Pública y de Gobernación, Genaro García Luna y Miguel Ángel Osorio Chong fueron dos de los turbios personajes que manejaron directamente a la Policía Federal.

Lo más probable es que quizás en ese grupo de poder se encuentre la mano que mece la cuna de las protestas que han desquiciado momentáneamente vías de comunicación y creado confusión mediática y política.