Fallaron, de nueva cuenta los agoreros de un desastre económico y político que pronosticaban un desastre en los primeros días del gobierno de López Obrador.

Ni el dólar llegó a los 25 o 30 pesos, ni se ha acusado un desgaste político en el gobierno del primer presidente de izquierda en la historia reciente del país.

La campaña contra el “huachicoleo” (que no “guerra”, como exageró en un encabezado la revista Proceso) provocó desabasto en ciertas regiones del país, pero al momento de escribir esta columna, la mayoría de las regiones afectadas ya regresaron a la normalidad.

Lo sorprendente es que de acuerdo a encuestas de medios como el financiero, prácticamente 9 de 10 mexicanos están de acuerdo, incluyendo los estados con desabasto, en estas medidas para combatir la rapiña en Pemex.

Ni los alaridos de los cada vez menos relevantes comentócratas, ni las campañas de miedo en redes sociales, principalmente en WhatsApp, le pudieron quitar una “pluma al gallo” de López Obrador, quien sigue conservando el apoyo tanto de votantes como de personas que no sufragaron por él en su combate contra esta forma de corrupción.

Ya veremos si este amplio apoyo con el que el mandatario cuenta entre la población resiste otras inevitables crisis de su gobierno. Pero de momento, casi a punto de cumplir la mitad de los primeros 100 días en su gobierno, Andrés Manuel llega más fortalecido, me atrevo a decir, que al inicio de su mandato.