La popularidad de Enrique Peña Nieto ha venido disminuyendo considerablemente durante los últimos años, y es que de acuerdo a una publicación del diario estadunidense Los Ángeles Times, en diciembre del año 2012 (año en que el mandatario inició su periodo presidencial), contaba con un índice de aprobación del 54%, considerando que su elección fue declarada como constitucional con tan sólo el 38% de los sufragios obtenidos en la misma.  

Pero a partir de este año, la popularidad del mexiquense ha descendido poco a poco hasta llegar a números deplorables, bajando incluso a menos del 20%. Y es que su gobierno se ha visto envuelto no únicamente en escándalos nacionales, sino internacionales también, que lejos de limpiar la imagen del político, la han llegado a encasillar como una de las más perjudicadas en la historia de la presidencia de nuestro país.

Un ejemplo de esto tiene lugar a finales del segundo año de su mandato, cuando un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Raúl Isidro Burgos, secuestró un autobús comercial para dirigirse a una manifestación. Para noviembre del 2014, de 47% su popularidad bajó a 41%, debido a que se comprobó que la policía estatal y federal emboscó a los estudiantes tiempo después del incidente, dejando como resultado 25 personas heridas, 6 muertas y 43 estudiantes desaparecidos de los cuales hasta el día de hoy se desconoce su paradero.

Poco tiempo después de este escándalo, la periodista Carmen Aristegui reveló una investigación que involucraba a la ex actriz de Televisa y ahora primera dama, Angélica Rivera, en acusaciones de corrupción y conflicto de interés relacionados con su esposo. Según esta investigación, Rivera adquirió un crédito para una casa de siete millones de dólares con la empresa Higa, propiedad de Armando Hinojosa Cantú, quien fungía como contratista gubernamental frecuente: “En ese entonces Hinojosa Cantú estuvo relacionado con otros dos tratos que intensificaron las inquietudes sobre conflicto de interés. Se le había otorgado un lucrativo contrato para construir un tren bala entre la Ciudad de México y Querétaro, además de venderle una casa a Luis Videgaray, otro miembro del gabinete de Peña Nieto” (ElDiario.mx, 01/III/17). Todavía aquí su nivel de popularidad se mantenía en el mismo nivel que antes.

Ya para julio del 2015, la popularidad de Peña Nieto había bajado de 39 a 36%Ya para julio del 2015, la popularidad de Peña Nieto había bajado de 39 a 36%, debido al sospechoso escape de Joaquín el “Chapo” Guzmán a través de un túnel que había estado construyendo durante varios meses al interior del penal de máxima seguridad en donde se encontraba pagando su condena. Este hecho no únicamente disparó la crítica nacional, sino también atrajo las miradas internacionales ante el líder de uno de los carteles más peligrosos del mundo que, irónicamente, ya había escapado anteriormente de otra cárcel mexicana de “máxima seguridad”.  

Con todo lo expuesto anteriormente relacionado con su gobierno, y pese a la exposición de todas las evidencias y malos pronósticos, el presidente aseguró en su Quinto Informe de Gobierno que el país está mucho mejor que hace cinco años que dio inicio a su mandato, con reformas que, según él, han incrementado la calidad en los empleos, la educación, la salud y hasta la seguridad. Con esto hago alusión a los más de 100 delincuentes detenidos durante su gestión. Pese a este “logro”, es importante tener presente que no existe información oficial respecto a cuántos de éstos siguen detenidos, cuántos ya fueron sentenciados y cuántos ya fueron puestos en libertad, por lo tanto, asegurar que la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad ha sido uno de los principales logros del sexenio dista mucho de ser creíble: “Como la lista de los 122 delincuentes nunca se ha transparentado, es imposible saber si quienes son señalados como los 107 neutralizados, estaban en ella desde el principio” (AnimalPolítico, 04/IX/17).  

Respecto a la educación, Peña Nieto sostuvo que para el término de su mandato se habrán destinado más de 80 mil millones de pesos a la infraestructura escolar, lo que resulta muy raro, ya que durante un evento realizado en la CDMX el exgobernador del Estado de México sostuvo que en los cinco años que van de su gobierno se han invertido poco más de 40 mil millones de pesos en este mismo rubro. Esto quiere decir que para lo que resta de su sexenio va a tener que destinar, en un solo año, más de 30 mil millones del presupuesto nacional a la educación. 

Y respecto al empleo, el presidente únicamente recalca la creación de estos, más no su calidad. Para que se dé una idea de esto: “La mayoría de la población recibe menos de dos salarios mínimos. El porcentaje de trabajadores en ese rango salarial incluso aumentó de 24.5% al 27.5% entre el primer trimestre del 2013 y el trimestre del 2017. El porcentaje de los trabajadores que reciben menos de un salario mínimo también aumentó del 12.94 al 14.35% para el mismo periodo” (AnimalPolítico, 04/IX/17). No olvide que hay muchísimo empleo, más no una justa remuneración del mismo.    

Muy atinadamente mi padre siempre ha dicho que lo más importante no son los hechos, sino la interpretación que le damos a esos hechos, independientemente de la experiencia vivida. Esto quiere decir que tales hechos pueden interpretarse de una manera completamente diferente de una persona a otra, debido a la subjetividad de los mismos. A pesar de esto, nos encontramos ante un Peña Nieto inaceptable en su mayoría, aunque, por supuesto, siempre habrá excepciones en formas de minorías. Lo que es indudable es que esa inmensa mayoría hoy por hoy ya no apoya el gobierno del priista, que a sus casi seis años de mandato se ha encargado de desprestigiar, muy al estilo de Mancera, al partido político que más años se ha mantenido en el poder en toda la historia del mundo: el PRI.

Al final, usted es el que tiene la última palabra, estimado lector, por lo que sea cual sea su opinión respecto al periodo presidencial de Peña Nieto, no olvide la evidencia cuantificable que no se ve en los informes de gobierno; aquellos que, en aras de salvaguardar los restos de una imagen deteriorada con el tiempo, han sostenido afirmaciones que a ojos de millones de mexicanos, resultan falaces y carentes de fundamentos comprobables.

Gracias por su lectura.

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*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana.