Compromisos de campaña

Les platico: los inviernos sirven para encuerar los errores del verano.

Tomar decisiones al calor de la primavera y el verano, no tiene chiste si no ocupamos leñita, calentador de luz o gas o la cobija para taparnos del frío que comienza en otoño y se vuelve descarnado en invierno.

Tomar decisiones desde el confort de una oficina republicanamente climatizada cuando el inquilino no paga los recibos de electricidad o el costo de gas natural o encilindrado tampoco tiene chiste.

Así, cualquiera resulta bueno para gobernar o mal dirigir rumbo a la quiebra a empresas, como Pemex y la CFUE.

Pero se vuelve una irresponsabilidad y una chingadera, si pudiendo pagar un seguro que permite comprar a precio normal el gas, cuando éste suba por la simple y llana regla neoliberal de la oferta y demanda, el que gobierna les ordena a los lacayos, ineptos e inútiles que puso al frente de Pemex y de la CFUE, que le ayuden a hacer Patria y dejen de pagar las coberturas internacionales del gas, para “ahorrar” y cumplir así con sus compromisos de campaña.

Válgaseme el prólogo para comentarles la punta del iceberg de lo que descubrí mediante mi BigData, respecto a una de las decisiones más catastróficas que se han tomado desde el alucinado lecho de la 4T:

Por no haber pagado las coberturas que desde tiempo inmemorial compra el gobierno de México para las fluctuaciones en el costo internacional del gas, a partir de la llegada de AMLO al poder, el millar de pies cúbicos que costaba 6 dólares en enero 2019, ahora en este pandémico marzo lo pagamos todos los mexicanos a 600 dólares.

La 4T ha gastado a la p3nd3jo

En dos años dos meses, por ese concepto, el gobierno republicano ha gastado a lo p3nd3jo un billón de pesos, sí, con “B” de asno, perdón, de “burro”, cien veces más, por haberse “ahorrado” los $35 millones que cuesta cada año pagar el seguro de cobertura para protegerse contra las fluctuaciones en el precio del gas para todos los usos, que la CFUE y Pemex compran a los Estados Unidos.

Me enteré de eso platicando con directivos del complejo de Deer Park, cerca de Houston y pegado a Galveston, Texas.

 Y cuando regresé a Monterrey después de habernos adentrado en el “círculo polar texano” de hace dos semanas, consulté el asunto con industriales regios que me ayudaron a cuadrar este penoso asunto.

 Como si no estuviéramos en medio de la peor crisis económica de la historia.

 Como si 7.3 millones de mexicanos no hubieran perdido su chamba.

Como si 122,328 empresas no hayan bajado la cortina.

Como si los índices de pobreza extrema no hayan crecido un 18% en los últimos 11 meses.

A pesar de esas flagelantes realidades, el gobierno de la 4T nos está haciendo gastar cien veces más con sabrá el Dios de Spinoza qué aviesos, republicanos y electoreros propósitos.

Mi investigación avanza, pero no quise tener pesadillas sólo y decidí compartirles esto para que no duerman a pierna suelta, y se vayan entrenando -como yo- para el “crudo invierno” que nos espera en pleno verano, cuando estemos pagando el gas y la luz más caros del mundo, en un país que cada vez es más jodido por un gobierno de improvisados, que en encima, quiere mantener el control el 6 de junio.

Esperen más detalles.

CAJÓN DE SASTRE

“Qué poca madre la de estos cabron3s”, dice la irreverente de mi Gaby.

PS: Mis fuentes? Claro: información de mi BigData cruzada y validada con documentos oficiales del área de compras centralizadas de la CFUE; de Procura, de Pemex; del área internacional de la misma empresa; de Canacintra; del Klóster Energético de NL; de INDEX, la cámara que agrupa a las maquiladoras de Tamaulipas y NL.

Como decía mi abuela la chef de la Guía Michelin: quieren más o les guiso un huevo?