En mis dos anteriores artículos (Dic. 4 y 5) sobre esta serie, dije que en medio de los desaciertos de la 4T, hay tres acciones que merecen el reconocimiento de propios y extraños hacia el principal inquilino del Palacio Nacional, porque de concretarse elevarán sus bonos por encima de las expectativas de cualquier encuesta de opinión.

En la lucha contra la corrupción, es bien sabido que los principales evasores de impuestos son las grandes empresas, los políticos, legisladores y burócratas que se han prestado a esa práctica que - se convirtió en un deporte nacional, como bien dijo la ex jefa del SAT y pronto nueva Ministra de la SCJN.

Las acciones a las que me refiero son del orden fiscal y apuntan a tres tipos de evasores, de los cuales ya mencioné a los condenados condonados fiscales beneficiados por FCH y EPN y a los simuladores del outsourcing. Hoy me referiré a los factureros, tanto los que venden como los que compran facturas.

Acción 3.- La simulación de operaciones a través de comprobantes fiscales digitales mediante la acción de los EFOS y los EDOS, fue la práctica que más creció en el gobierno de EPN.

Tipificar ese delito a partir del 1 de enero del próximo año como delincuencia organizada con prisión oficiosa de por medio, no tiene nada de exagerado, de descabellado ni de oprobioso como se quejan algunos corporativos que lloran antes de que les peguen, porque se trata de toda una confabulación en la que intervienen los “cerebros” de la empresa; el alto mando; los empleados que obedecen órdenes o que queriendo quedar bien con sus jefes se avientan por la libre ese trompo a la uña.

Las secretarias que simplemente sirven como intermediarias haciendo, recibiendo llamadas y correos de sus jefes; los informáticos que a mata caballo y a troche moche tratan de borrar toda evidencia manipulando las cuentas de los usuarios de la empresa involucrados en este enjuague.

Los guaruras y choferes corporativos que siguiendo órdenes superiores hacen “indagaciones” en las casas de quienes los pescaron en la maroma; los que venden las facturas a cambio de un 3, 4, 5, 6 y hasta 7% de las operaciones y -lo más triste- los asalariados y -peor aún- los jubilados que son la carne de cañón de estas prácticas, al ser comprados como “prestanombres” para que sus ex patrones se ahorren unos cuantos pesos en el pago de los impuestos.

Según abogados fiscalistas a los que consulté, los delitos que están tipificados en una práctica como ésta son delincuencia organizada, defraudación fiscal y encubrimiento, porque respecto a este último, al ser descubiertos, suena de kínder que los jefes ordenen la destrucción de los correos electrónicos que describen la compra-venta de facturas, las “vueltas” del dinero y las instrucciones de cómo hacerlo, con todo y la intervención de un despacho de asesores fiscales, contables y administrativos que les propone llevar eso a dimensiones mayores en la meritita raya de lo legal y lo ilegal, a cambio de un millón y medio de dólares.

Una práctica como ésta quizá se explicaría -mas no se justificaría- en una empresa que a duras penas anduviera sobreviviendo.

Pero si se trata de una corporación de alcances mundiales que factura cientos o miles de millones de dólares al año, como que suena a jugar a la ruleta rusa con más de una bala en el tambor del revólver.

Y aquí, de nada serviría que en un afán de “explicar” lo sucedido, los voceros jurídicos, de asuntos corporativos, de capital humano y otras hierbas de la empresa aludieran que las cantidades involucradas en esos enjuagues son poquita cosa, pues como le dijo mi abuela la financiera a su nieta la solterona: “¿Cómo que nomás estás un poquito embarazada?”

El tema se agrava porque de buena fuente sé que la Fiscalía General de la República ha sido instruida para abrir una carpeta de investigación por cada caso como éste que sea ventilado, independientemente de lo que resulte de las investigaciones de dicho órgano judicial y de los expertos fiscalistas del SAT que intervengan.

Cuatro últimas consideraciones:

A.- Los cambios al Código Fiscal que entrarán en vigor el próximo 1 de enero endurecen las penas a los factureros y a sus clientes, pero la defraudación fiscal y el lavado de dinero ya son delitos que ameritan cárcel en la legislación actual.

B.- Cuando una empresa "auto-corrige" sus pecadillos fiscales y paga lo que le hubiera correspondido de no haber recurrido a éstas prácticas factureras, sólo reduce su pena al 50%, pero no lo exime de las consecuencias criminales.

C.- AMLO defendió la medida cautelar llamada “extinción de dominio” pues como bien dijo, hubo -y de seguro todavía hay- evasiones fiscales por todos lados y de todos los tamaños.

Por eso, que no nos extrañe si la FGR y la UIF abren una carpeta de investigación y le congelan las cuentas a alguna empresa mexicana trasnacional. Como dice la irreverente de mi Gaby: “Uno nunca sabe”.

D.- ¿Sabrán los factureros y sus clientes que con la simple investigación de delincuencia organizada, defraudación fiscal y lavado de dinero, el gobierno de Estados Unidos puede negarles la entrada a su país o detenerlos? Si no me creen, pregúntenle a Genaro García Luna.

 

CAJÓN DE SASTRE

El resumen de todo esto es que la evasión fiscal debe combatirse y más si los actores principales son los que más dinero ganan como empresas.

Entonces, agrupados en un nada honroso segmento de evasores quedan los ganones que recibieron injustificadas condonaciones fiscales de los gobiernos de Calderón y Peña Nieto; los simuladores de outsourcing que inscriben en el SAT, en el IMSS y en el Infonavit a su personal con $2 pesos pagándoles $10 y que a la hora de sus jubilaciones los condenan a recibir 2/8 de lo que por ley les toca para el retiro; y los factureros: los EFOS -empresas fantasmas que facturan operaciones, compras o servicios que en realidad nunca se llevaron a cabo- y los EDOS, los que compran facturas o comprobantes fiscales digitales para simular un aumento en sus gastos de operación y pagar así menos impuestos.

Fiscalmente México sería otro si a todos éstos los mete en cintura la 4T o aunque sea la 5T, y si además se amplía la masa de contribuyentes para regularizar a los informales, nuestro País tendría la dimensión planetaria que deseamos para nuestros descendientes.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 40 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.