En medio de los desaciertos de la 4T, hay tres acciones que merecen el reconocimiento de propios y extraños. Es más, en lo que les voy a platicar estoy seguro de que coincidimos y nos unimos todos los mexicanos y aquí no va a haber con que unos apoyan y otros no, pues se trata de una decisión emanada desde el corazón del Palacio Nacional -léase, de su principal inquilino- que de concretarse elevará los bonos del presidente por encima de las expectativas de la más optimista encuesta de opinión.

En su lucha contra la corrupción, es bien sabido que los principales evasores de impuestos son las grandes empresas y los políticos, legisladores y burócratas que se han prestado a esa práctica que -como bien dijo la jefa del SAT- se convirtió en un deporte nacional.

Las acciones a las que me refiero son del orden fiscal y apuntan a tres tipos de evasores:

1.- Los “outsourcing”, que omiten pagos al IMSS, al Infonavit y por supuesto al SAT, al registrar como socios a sus empleados que son canalizados a empresas con el fin de que éstas logren un indebido beneficio fiscal, al perjudicar a sus mismos trabajadores.

2.- Los condenados condonados fiscales que resultaron beneficiados principalmente en los gobiernos de Calderón y Peña Nieto. Los hubo en sexenios anteriores -sin duda- pero el destape de esa cloaca que nos llevaría a Fox, Zedillo, Salinas de Gortari y otros ex presidentes, es una labor de dimensiones planetarias que algún extra terrestre quizá se aviente un día.

3.- Los factureros, tanto los que venden como los que compran facturas.

Ahora sí, como dijo Jack El Destripador, vámonos por partes:

1.- El SAT denomina “outsourcing” a la estrategia donde una parte o el total de un proceso interno en una empresa es asignado mediante contrato a un “tercero”.

Esto para optimizar costos y supuestamente lograr mejoras en su operación, administración y sistemas por medio de la utilización y transferencia de esquemas administrativos donde el “tercero” contratado tiene mayor experiencia, conocimiento o habilidades sobre el giro del cliente.

El problema comienza cuando las “outsourcing” se constituyen como sociedades civiles, de nombre colectivo, integradoras, sindicatos o cooperativas y su modus operandi es convertir en socios a los trabajadores que envían a las empresas que contratan sus servicios.

De esta manera eluden el ISR, el IVA y aportaciones de seguridad social, tales como participación de utilidades, aguinaldos y otras prestaciones que sus “socios” o “cooperativistas” no reciben.

Así, se afectan los planes de pensión de millones de trabajadores y por ello el SAT, la STPS y el IMSS están combatiendo éste tipo de prácticas.

Qué tan extendida se encuentra dicha modalidad en México, que la acción contra las malas prácticas derivadas de ese sistema afectará a 8.4 millones de trabajadores mediante la retención de IVA a los servicios de subcontratación que impulsa Hacienda. Toda esa gente trabaja en una tercera parte del total de pymes que operan en México.

A esta tarea contra la evasión fiscal se sumó recientemente la Unidad de Inteligencia Financiera, que revisa las actividades de diez de las empresas más grandes que operan bajo la modalidad de “outsourcing”, entre las cuales se encuentran ADG Consulting, Fintrade, Tax Answers, Handlas México, ICH Soluciones Empresariales, Grupo Argos, BPO&N, ICBG Consulting Group, según me informó una fuente desde adentro de la UIF.

Las desviaciones citadas de las “outsourcing” son una de las más deleznables formas de estafar a los trabajadores. Este tipo de empresas se puso de moda a finales del sexenio de Fox, cuando la cargas fiscales, del IMSS, el Infonavit y otras modalidades del gobierno para arrancarle una buena tajada a las utilidades de las empresas, orilló a éstas a buscar formas “creativas” de salir adelante.

2.- Sigo de cerca la investigación del organismo Fundar para que se hagan públicos los nombres de empresas y particulares que fueron beneficiados con condonaciones fiscales por los gobiernos de Calderón y Peña Nieto.

Las condonaciones fiscales son legales cuando se aplican a todos los contribuyentes, pero en este caso, por razones que los ex presidentes ni ninguno de sus secuaces han explicado, los ganones fueron sólo los de la lista que el SAT publicó y que se puede consultar en esta liga.

Si tienen paciencia y leen despacito, se van a sorprender de los nombres tan conocidos que ahí aparecen; hay desde constructoras de rascacielos, hasta fabricantes de embutidos, pasando por todos los giros imaginables.

Entre todos esos, el fisco dejó de recaudar $172,000 millones de pesos. Y en las próximas semanas o quizá meses -porque los implicados se están defendiendo como gatos jurídicos boca arriba y con todas sus uñas legales- vamos a conocer los nombres de otros 200 contribuyentes súper pesados que nomás entre ellos suman $101,000 millones de pesos en condonaciones fiscales que han recibido durante los últimos 12 años.

Y aquí, de nada serviría que en un afán de “explicar” lo sucedido, los voceros de las empresas beneficiadas con las condonaciones fiscales, aludieran que las cantidades que les perdonaron en esos enjuagues son poquita cosa, porque como le dijo mi abuela la financiera a su nieta la solterona: “¿Cómo que nomás estás un poquito embarazada?”

 

CAJÓN DE SASTRE

“Se acabó el espacio y no pudiste hablar del tercer grupo de evasores. Nos la debes”, advierte la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 40 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.