El PRI tiene estructura, pero su nivel de popularidad está por los suelos, en las siguientes elecciones después de un año del triunfo de MORENA en las elecciones presidenciales, hubo elecciones en Puebla, Baja California, Tamaulipas, Durango, Aguascalientes y Quintana Roo, prácticamente en ningún estado ganó el PRI. Si hablamos de encuestas, cualquier encuesta le da al PRI el tercer lugar, pero lejos del segundo lugar que ocupa el PAN, los dos juntos se quedan a diez puntos de MORENA.

El dirigente del PRI es enjundioso tiene tablas para dirigir, para eso del liderazgo, aunque es joven trae el estilo de la vieja guardia, sabe cuadrar a todos sus colaboradores, trae discurso y para el debate es bueno, pero no es suficiente, tan no es suficiente que ya se aventó la puntada de “convocar” a una coalición con el PAN para que lo apoyen en el 2024, sin embargo de acuerdo a las encuestas recientes, con el PRI ni a la esquina. También ve la posibilidad de cambiar de nombre y de logo, todo sea por su buena causa, ser el abanderado del nuevo partido para el 2024.

El PAN partido al que pertenecí por más de 34 años, de ideología insustituible, de principios con valores acorde a cualquier familia mexicana, navega sin capitán, su dirigente Marko Cortés anda deseoso de entrar a la arena pugilística y aunque su discurso es sobresaliente, su voz chillona lo demerita, pasa desapercibido, su equipo de marketing es sobrepasado por los trolls morenistas. Carece de estrategia política les da preferencia a las declaraciones, pero cuando no hay escuchantes, esas declaraciones quedan en el aire. Apoya los comités estatales a pesar de las fechorías que cometen para adueñarse de las dirigencias, como la compra descarada y desfachatadas y marrana de votos; los principios del partido ni se los sabe.

La franquicia del PAN es la menor de los partidos políticos, la mantiene al ras exclusivamente para que ingresen los que son de acuerdo a su “plan de trabajo”, para poder mantener las pluris y mamar del recurso público asignado para la difusión de la ideología. Es como si le hubiesen dado un Rolls Royce a un quinceañero virgen, no sabe meter ni la primera, menos se dará cuenta que esta subido en un Rolls Royce, es como un naco, fifí pero naco.

Sin embargo, el Partido Acción Nacional no necesitaría de hacer gran trabajo para poderse mantener mediocremente con un 20 a 22% de las preferencias. Los votantes descontentos de Morena caerán principalmente en el PAN o en el abstencionismo, observarán que las promesas de López Obrador son difíciles de cumplir como el crecimiento al 6% y verán que los resultados arrojados por los presidentes de la república con origen panistas, han sido mejores que los gobiernos priistas, aunque ya en sus filas no cuenten con ningún ex presidente.

El PRI y el PAN no representan oposición alguna, uno por la falta de credibilidad y el otro porque en sus filas no tiene cuadros y los que tiene votan en favor de la extensión del mandato en Baja california, así de patéticos. El presidente de la república ni los toma en cuenta, el presidente prefiere estar peleando y reviviendo jubilados, porque esa es su naturaleza, pelear y ni en la cámara de senadores y menos en la de diputados tiene contrincantes, tuvo que haber una alineación de astros un chinguen a su madre y un mandato divino de palacio nacional, para que la panista pudiese llegar a presidir la cámara de diputados y el retiro de algunas de las denuncias presentadas por el Partido Acción Nacional.

Más interés tiene López Obrador en estar promoviendo el partido de Felipe Calderón, México Libre que, en cabildear con los partidos políticos, al parecer porque ahí no hay políticos, ahora incluso ya hasta a Peña le hecho bronca por los gastos que hacía en sus viajes en avión, acaba de sacar a relucir los gastos hasta de gel.

Don Julio, hablemos de política