Estamos en problemas cuando se confunden los deseos con la obligación; cuando se mezclan los gustos personales con el trabajo y cuando desde el poder se intenta imponer tus preferencias sobre quienes no las comparten y para ello se utiliza de manera ventajista la investidura y el cargo.

Así les sucede a los diputados locales panistas de Nuevo León Juan Carlos Ruiz, Claudia Caballero e Itzel Castillo, que realizaron la enorme proeza de apersonarse el pasado sábado en el Congreso para recibir y atender una airada protesta en contra del maltrato animal de un contingente compuesto por la enorme cantidad de 29 personas.

Lo que hacen es inmoral y antiético, porque se olvidan de que son diputados de todos los nuevoleoneses, hayan votado por ellos o no y, subrayo, compartan o no sus puntos de vista.

Tengo y he tenido mascotas, un caballo que me regaló mi abuelo que además se dedicaba a la ganadería de abasto y he sido por largos años amigo de criadores de diversas razas de animales. De todos he aprendido el respeto, amor y cuidado, el trato digno y responsable que hasta hoy practico, pero no confundo las cosas y comprendo, bien que entiendo, que se trata de animales.

Me parece que el Congreso de Nuevo León debería estar tratando temas más importantes y trascendentales para el beneficio de sus ciudadanos. Creo firmemente que los diputadores deberían desprenderse, de una vez por todas, de los yugos partidistas que les obligan a politizar muchos temas, pero me parece que imperdonable el hecho de que aprovechando su estancia en las curules, intenten promover sus gustos y aficiones por encima de quienes tienen otra visión.

Voy de acuerdo en proteger a las mascotas, pero siempre y cuando ello ocurra después de que hayan legislado y conseguido terminar con la desigualdad y el maltrato a mujeres y niños, cuando acaben con la desigualdad social, cuando resuelvan nuestros problemas de seguridad y movilidad, cuando tengamos una sociedad más justa e incluyente.

Me revienta la simulación de una “protesta” falsa y fabricada, construida con el sólo propósito de conseguir un espacio en los medios, ataviada de falsa moralina que se adosa a lo “políticamente correcto” ante la imposibilidad de brindar otro tipo de resultados en temas más cercanos y sensibles para la comunidad.

Ruiz, Caballero y Castillo simulan que atienden a la comunidad. ¿De cuándo acá están en sus oficinas del Congreso en un sábado?

Cuando gusten les organizo una protesta, esta si bien armada, con muchísimas más personas que son aficionadas a la tauromaquia, con la condición de que no escuchen y atiendan de verdad, que nos dediquen un par de horas a conocer y entender un mundo que no conocen y una realidad contra la que pretenden legislar sin tener ni remota idea de lo que hacen.

Son moralinos, convenencieros y simuladores.