“Yo sí conocí a alguien que murió de coronavirus”

Yomero

 

Más allá de las muertes por la pandemia cuyas cifras son realmente inquietantes en nuestro país, mucho más aterradores son los números que vamos conociendo de personas que han perdido sus empleos a causa del cierre de negocios y recortes en empresas.

Y es que cada día que pasa vamos viendo cómo se alarga el proceso y te das cuenta de que para muchos ya se terminaron las opciones, no tienen más de dónde conseguir recursos, ya empeñaron todo cuanto tenían para sostener a sus empleados y no pueden más, de manera que hay que bajar la cortina, apagar el switch y compartir con ellos una oración diciendo “que Dios nos bendiga a todos”.

Pero hay muchos otros que han visto afectados sus ingresos a causa del Covid-19.

¿Cómo le estarán haciendo los billeteros y aquellos que tienen expendios de lotería sin sorteos y sin ingresos? ¿De dónde para pagar renta de un local? ¿De dónde para surtir mandado y pagar gastos del hogar?

Me pregunto, ¿cómo estarán completando “el chivo” todos los cubeteros y vendedores de los estadios sin futbol, beisbol, conciertos y demás?

A diario paso por una zona escolar en la que hay una mujer de la Secretaría de Vialidad y Tránsito encargada de vigilar que los correlones no vayan a más de 30 kilómetros por hora, pero sin escuelas, ¿cómo le estará haciendo? ¿Nada más del sueldito sin “agradecimientos” de los presurosos?

Y con menos autos en las calles estos se descomponen menos, así que ¿cómo le estarán haciendo los “maistros” mecánicos para subsistir.

Sin antros abiertos, ¿de qué estarán viviendo tantos y tantos trovadores, cantantes y músicos además de meseros, cantineros y encargados?

¿Cómo le estarán haciendo el “maistro” que vende dulces en la calle, “el panadero con el pan”, los “viene-viene” y los “franeleros”?

Sí, se está reactivando la economía pero no para todos. ¿De qué estarán viviendo los empleados de los casinos, los del valet-parking, los guardias de seguridad?

Hay muchos que no vemos y en los que no pensamos, hay cientos que hoy enfrentan el drama de no tener qué llevar de comer a sus hijos y esto apenas comienza, si el encierro nos ha parecido un infierno, falta ver las repercusiones de la crisis económica que deberemos padecer y que forzosamente nos pegará a todos.

Y mientras nuestras autoridades juegan a pintar de colores el mapa del país y no terminan de ponerse de acuerdo sobre en qué tono de rojo, naranja o verde está cada estado, me sigo preguntando ¿qué va a suceder con todas esas personas que se están quedando sin opciones para subsistir? ¿Es que acaso alguien está pensando en ellos?