Ahora resulta, muchas semanas después de que presentó una iniciativa en contra de las corridas de toros, que la diputada local del Partido Verde en el Congreso de la CDMX Alessandra Rojo de la Vega, denunció ante la Procuraduría capitalina que recibió amenazas en redes sociales.

Declarara la legisladora que “siempre voy a estar abierta al debate, a escuchar diferentes puntos de vista, no tienen que estar de acuerdo conmigo”, sin embargo esas voces por las que hoy clama no las buscó antes de presentar su iniciativa.

No defiendo a quienes, de acuerdo a la versión de la diputada, la han amenazado, no lo puedo justificar de manera alguna, pero me resulta sumamente extraño que ahora Rojo de la Vega se haga la víctima, ha pasado demasiado tiempo, eso tendría que haber ocurrido mucho antes.

Mucho menos puedo tolerar que la diputada utilice en su argumentación a su hija y la involucre en el tema. Declaró que “Por respeto no quiero usar las palabras que utilizan, muchas palabras altisonantes, lo que me hizo actuar fueron amenazas en contra de mi hija que tiene tres años, que corre riesgos físicamente”, pero no dice cómo, ni cuándo, ni de qué manera fue amenazada su hija, pero eso sí, remata su aseveración insertando un tema más delicado, como lo es el maltrato a la mujer, al decir que “un llamado a todas las mujeres a denunciar cualquier tipo de violencia”.

¡Bonito coctel molovot!

Diputada Rojo: los agresivos e intolerantes están en el otro extremo y lo hemos demostrado hasta el cansancio, los taurinos somos gente de bien, pacífica, tolerante, prudente, trabajadora, que ha reaccionado ante una propuesta presentada por usted plagada de mentiras y falacias, de inverosímiles historias como el que a los toros les untan un “ácido corrosivo en las patas”.

Visto el antecedente, disculpe usted, pero no puedo más que desconfiar de su palabra y su acción, porque en los hechos ha demostrado ser una mentirosa que, muchas semanas después, presenta una denuncia en un tema que ya no estaba presente en la agenda, ¿por qué habrían de haber esperado hasta ahora los taurinos para amenazarla?

Cualquiera en su sano, hasta las bestias, al ver amenazas a sus crías reaccionan, ¿por qué lo hace usted hasta ahora?

Déjese de cuentos e historias, proporcione a las autoridades la información suficiente para encontrar, si acaso existen, a quienes le han amenazado, pero le reitero, se equivoca de lugar y de enemigos, quienes la han puesto en jaque están en otro lugar y, fieles a su costumbre, se hacen pasar como taurinos. Rásquele, verá que tengo razón.