“Confucio fue uno de los que inventó la confusión; fue uno de los chinos-japoneses que fue de los más antiguos”

Giosue Cozzarelli, participante en Miss Panamá 2009

Al iniciar la instrucción primaria (hace ya muchos años) llevábamos una materia que se denominaba “lectura y comprensión”, que siempre he pensado fue de las más importantes que pude tener, porque los maestros se aseguraban que entendieses los que leías.

Una de las principales preocupaciones de todo escritor es redactar textos que sean totalmente comprensibles y que no dejen lugar a dudas en los lectores, es decir, expresar con claridad los conceptos que se plasman.

Ayer, como diría el añorado Silvino Jaramillo, “cayó carta” en la que un médico recriminaba mi escrito de ayer acerca de “Chumel” Torres y la posibilidad de que con el sainete formado con la Conapred lo hubiesen victimizado al grado de convertirlo en potencial precandidato a un cargo público.

No estoy en libertad de compartir la comunicación del galeno pues se trató de un mensaje vía correo electrónico, pero sí puedo difundir su evidente molestia y el curioso tono de su mensaje. En él se refería a Chumel como “pedazo de mierda”, lo que motivó que le cuestionase que hacía lo mismo que criticaba y me dijo además que me centrara porque estaba “miando fuera de la olla”.

Respondí por la misma vía y le hice ver al quejoso mis puntos de vista asegurándole que en ninguna parte de mi texto yo destapaba al comediante, sino que más bien comentaba la posibilidad de que fuese, como en el caso de Jimmy Morales, ex presidente de Guatemala, una opción para una candidatura.

La réplica me valió una contrarréplica, ahora más airada del doctor, quien afirmó que estaba acostumbrado a mi tono “pejefóbico”, quejándose de la BOA y del Frenaaa.

Con prudencia y sobre todo paciencia volví a responder, aclarando que no recuerdo haber escrito jamás en contra del Presidente con quien estoy de acuerdo en muchas de sus premisas y también en estoy en contra de algunas de sus formas.

También ayer, en un chat de Whatsapp, un participante defensor del presidente acusó a otro (refiriéndose a él sólo por un nombre) de no ver los resultados del gobierno, lo que provocó todo un sarao con reclamaciones y disculpas.

En mi caso fue la interpretación que hizo del texto el lector; en el otro fue la falta de claridad del emisor lo que provocó el desaguisado.

En los dos veo, y esto sí lo digo yo, una piel demasiado sensible y una predisposición a ver críticas donde no las hay que francamente empieza a rayar en un delirio de persecución.

Lectura y comprensión, pero también redacción clara y precisa, se hacen necesarias hoy, más que nunca.

ftijerin@rtvnews.com