“El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza” –  

Miguel Cervantes Saavedra

Hoy en todas las redes sociales y mensajeros electrónicos me llegan dos frases, una de Maquiavelo y otra de Winston Churchill

 

“El que tolera el desorden para evitar la guerra, tiene primero el desorden y después la guerra”-  

Maquiavelo

 

“El que se arrodilla para conseguir la paz se queda con la humillación y con la guerra”-  

W. Churchill

Sobre estos personajes habría que recordar algunas cosas, las frases de Maquiavelo poco tenían que ver con la moral. Uno de los consejos en el capítulo 15 del mismo libro de El Príncipe dice: “Si un príncipe quiere mantener su dominio, debe de estar preparado para no ser virtuoso, y hacerlo o no de acuerdo con la necesidad”.

Los consejos siempre fueron para un líder tirano y no para alguien que quiere traer igualdad. Otra joyita. “Un gobernante prudente no puede y no debe, cumplir su palabra cuando lo pone en desventaja”. Claramente “maquiavélico” , ¿usted tomaría como bandera alguna de sus frases sabiendo el contexto general del autor, yo lo pensaría para el contexto donde lo están expresando.

Churchill, conocido estratega también se equivocó cuando hizo un cálculo erróneo en la campaña de Galípoli durante la Primera Guerra Mundial. Su error costó la vida a 45 mil soldados aliados. Churchill fue uno de los principales impulsores de esta campaña militar en contra de los turcos. El historiador británico de la Exeter University, Richard Toye, aseguró: “Fue una humillación para un hombre increíblemente confiado en sus capacidades como estratega militar”.

Parafraseando a Manuel Clouthier en su tuit de cómo lo están buscando para entrevistas sobre lo pasado en Culiacán, a Manuel no lo busquen y a mí no me manden más frases de personajes con pasados dudosos.

 

Equivocarse es algo totalmente humano, aceptar los errores y aprender de ellos para evitar que se repitan es algo que es también de la naturaleza de nuestra raza.

Es complicado aceptar para los militares que se equivocan, pero así lo hicieron los del Gabinete de Seguridad del Gobierno Actual. Con descoordinación, acelerados y sin la planeación adecuada fueron sobre un objetivo interesante para cualquiera como lo es uno de los hijos del Chapo Guzmán. Lo malo es que no calcularon todo lo que esta captura iba a detonar.

Declaró Alfonso Durazo:  

“No buscamos enlutar hogares sino resarcir el tejido social de la patria. No vamos a regresar a los tiempos de las masacres generalizadas, aun y cuando las pidan desde insistencias. No nos interesa andar por la vida envueltos en un manto de sangre derramada. Vamos a ganar el desafío de la paz, pero no convirtiendo a México en un cementerio mayor al que ya ha sido tantos años”.

El camino de la captura de Ovidio Guzmán era incierto pues, aunque se pudo haber capturado sin una orden de aprehensión, hubiera salido fácilmente como lo hacen muchos políticos al no haber un sustento legal de su detención. Esa captura abrió la caja de pandora en Culiacán. Los que fueron por Ovidio fueron superados, la ciudad estaba en peligro, la mejor decisión fue liberarlo. Para qué arriesgar a civiles por un capricho de captura. Bien lo declaró López Obrador: “No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas”.

Creo que en esta ocasión la decisión fue la correcta. La captura de Guzmán implicaba un costo de sangre muy alto y este costo no justificaba lo que se iba obtener con la captura.

 

Un escenario deseado por todos los detractores del actual gobierno fue el que se les presentó con la situación de Sinaloa y su operación fallida. Titulares de fracaso, tuits y tuits con frases como la que puse al principio, personas que se regocijan en lo que ellos llaman derrota del gobierno actual.

Qué pena que tantos opositores y comentócratas no valoren las pérdidas directas y colaterales que hubiera causado seguir adelante con la operación que salió mal desde el principio.

 

Ayer vimos el potencial de causar caos de los grupos criminales en Culiacán. Dijo Alfonso Durazo en la rueda de prensa de hace unos momentos que no esperáramos que se iba a acabar en un día algo que lleva más de 18 años desarrollándose.

Los diputados del PAN llaman cobarde al presidente como forma de ser vistos en el panorama nacional de nuevo. Habría que recordarles que el estandarte de valentía presidencial que tienen ya no está en su partido. El inicio de la guerra contra el narco no ha dado los frutos esperados y los responsables de este inicio están sentados tranquilamente en sus casas viendo cómo se incendia lo que ellos prometieron apagar.

 

El líder del PAN, Marko Cortés dijo en un tuit: “Los mexicanos tenemos derecho a vivir en paz. En el Partido Acción Nacional le exigimos al Gobierno de México que trabaje en forma seria y coordinada para restablecer la seguridad, garantizar la integridad de las familias sinaloenses y de todo México”.

Por otro lado, el líder del PRI, Alejandro Moreno dijo también en Twitter: “Desde el PRI damos todo nuestro respaldo al Gobierno Federal y al Gobierno de Sinaloa para que se refuerce una estrategia de seguridad que garantice la armonía, la tranquilidad y la paz de las familias sinaloenses y de todo el país”.

Dos visiones diferentes, una que echa la culpa y la otra que busca cooperar. En un país tan polarizado, es mejor respaldar y ayudar que exigir quedándose sentado. En lo que sí tienen razón ambos líderes de partido es en que se tiene que trabajar y mucho en la estrategia de seguridad. Ayer se tocó una fibra nerviosa sensible de uno de los carteles y ya vimos la reacción. Los encargados de seguridad ya vieron la capacidad de los delincuentes por lo que deberían de estar más preparados para la próxima ocasión. Mientras, les toca aguantar críticas.