Acabo de presenciar uno de los momentos más patéticos e involuntariamente humorísticos de mi historia, primero como bloguero y luego como periodista: el juez Brian Cogan, de Nueva York, suspendió temporalmente la audiencia del presunto criminal Genaro García Luna porque pseudo-periodistas y “youtubers” mexicanos, literal, no se callaban el hocico.

Estuve conectado a la llamada (obviamente, callado y con el micrófono en silencio) y el inicio de la audiencia se volvió todo un show “a la mexicana”: comentarios imbéciles en tiempo real por parte de periodistas y otra fauna que se conectó a la llamada, ruidos de teléfonos celulares y de notificaciones de WhatsApp, un sujeto que irritó en especial a Cogan porque no dejaba de toser constantemente (esperemos que se haga la prueba del coronavirus, esa tos de perro no es normal) y otro idiota que dijo, en voz alta, palabras más palabras menos, “numa, el juez nos está regañando”.

De los youtuberos no espero mucho, ellos van al grito y al show que les reditúa millones de pesos. Pero de los “periodistas”, muchos de ellos opositores a la 4T, se espera más profesionalismo.

Al final, la audiencia se retomó, Genaro se declaró “inocente” de todos los cargos y el juez Cogan convocó a una nueva audiencia el próximo 7 de diciembre. Ni hablar. Nos vemos en 2 meses en un nuevo circo mediático.