Dimes y diretes informados

En estas épocas comiciales somos acribillados con información electoral y electorera a todas horas. Campañas negras, comentarios jocosos y otros verdaderamente deplorables. La suma nos arroja muy pocas propuestas. Entre todo el océano de información, sobresalen las encuestas —verdaderas y simuladas—, y la pregunta cabe: ¿cómo leer las encuestas y a cuál creer?

En el maremágnum de opiniones, se vislumbra —lejanamente— una pauta de fondo que puede asistir a comprender lo que en realidad dicen los números. Es verdaderamente sencilla; podría iniciar de la siguiente manera: cuando los “opinadores”, periodistas y académicos hablen de encuestas, deberían de pasarlas por este filtro básico e informar al público al respecto:

a) Describir claramente si se trata de encuestas o sondeos.

b) Señalar por quién fue levantada la encuesta o sondeo; si representa a alguien y reiterarlo al público.

c) Compartir y cuestionar las metodologías utilizadas.

d) Conocer y dar a conocer el historial de la casa encuestadora; así como de su récord de bateo.

e) Avisar si quien levanta la información tiene algún conflicto de interés (ejemplo: trabajar con un partido/candidato al mismo tiempo que vende/regala su información a algún medio de comunicación).

f) Presentar las ventajas y desventajas de cada tipo de ejercicio.

g) Prescindir de la sumatoria —o el promedio— de encuestas. (No se puede hacer ese ejercicio, dado que, aunque todas son encuestas, las metodologías, encuestados y momentos de levantar la información no es la misma.)

Pero, momentito, ¿por qué es importante todo lo anterior? También muy simple: para dar claridad y con ello disminuir las “fake news”. El poder señalar las encuestas falsas o cuchareadas, ayudará a que la industria vuelva a ser tomada en serio. Más aún, y tal vez más importante, el ciudadano se sentirá con la confianza de participar en ellas y de que no cambiarán su dicho.

En el mismo sentido, disminuirá la percepción de que toda encuesta ayuda a propagar conceptos, ideas y percepciones que pueden hacer variar la intención de quienes las reciben. Qué mejor que ayudar a desenmascararlas. 

 

@MXelige y su metodología

Una casa encuestadora en el país, México Elige, y pocas en el mundo utilizan la herramienta de Facebook, así como metodologías estadísticamente sólidas, pero a la vez novedosas, para llevar a cabo ejercicios de encuesta de la intención de voto en procesos electorales nacionales, regionales y/o estatales. 

Las encuestas realizadas por México Elige cumplen con los requisitos de filtración antes mencionado. Permiten hacer diseños muestrales demoscópicos representativos del universo nacional a partir de un subuniverso también nacional —todos los usuarios de Facebook en México. Destacadamente, esta metodología, parte de seleccionar una muestra representativa de la población nacional en edad de votar, basada en los datos del INEGI. Así, no proscribe ni a zonas pobres, ni marginadas; violentas o inaccesibles; ni a ambientes letrados o no letrados; ni a cohortes muy aislados, opulentos o, incluso, intocables.

 

El papel de académicos, medios y formadores de opinión

La forma de debatir las metodologías de encuestas, sean tradicionales o en redes, compromete dejar de ningunear lo que no se conoce. Esto es, tanto los espacios de opinión, de información (importante diferencia que solemos pasar por alto), académicos, encuestadores y público en general, debemos conocer y tratar de entender las nuevas metodologías y paradigmas que representan las nuevas formas de llevar a cabo encuestas.

Esto también implica conocer los riesgos de un nuevo uso de datos como lo que estamos viviendo con Facebook y #CambridgeAnalytica. ¿Cómo lograr que la información que compartimos en nuestras redes no termine en manos de empresas no autorizadas a tener nuestros datos? La pregunta es válida no sólo para votar y/o responder a una encuesta, se vuelve fundamental para la privacidad de nuestra vida.

Los líderes de opinión, no saben leer (o no quieren aprehender) sobre las nuevas técnicas y metodologías para levantar estudios de opinión. Sus pretextos —que no razonamientos— son tan burdos como cuando surgió el automóvil y algunos insistían en sólo utilizar caballos; o aquellos que preferían la máquina de escribir sobre la computadora. El hecho es que tarde que temprano se volvieron obsoletos; la modernidad los superó. 

Abrirse a la discusión seria

Hoy, tanto @CiroGomezL como Raymundo Riva Palacio ya iniciaron este sano debate, concediéndoles un espacio de análisis a las nuevas y flamantes formas de encuestar. Ahora es necesario, no obstante, que dicha apertura la tengan los demás comunicadores, formadores de opinión y académicos serios de este país y de otras latitudes. 

El día 21, en el programa de Raymundo Riva Palacio, #EstrictamentePersonal, vimos por primera vez, reunidos en una mesa a importantes encuestadores como son: @RoyCampos, Jorge Buendía (@Jblaredo), Aldo Campuzano y Javier Márquez, quienes realizaron un “intento/asomo” de analizar los aciertos y fallas de las encuestas. Sí, solo un “asomo” porque parecía que todos los encuestadores estaban unidos contra el método de @AldoCampuzanoR (FB); si bien él probó que su metodología es sólida y que lo cambiante es el vehículo para preguntar. Parecía una reunión de viejos médicos, sopesando si aceptar o no al novato que insistía en una nueva técnica operatoria.

Pero ahora que el neófito público hemos escuchado a Aldo, el cual explica cómo no sólo es algo electrónico, sino también hasta el número de hombres, mujeres y estrato al que pertenecen sus entrevistados, parece que su encuesta es la que más se acerca a la realidad. Lo único que esperamos, una vez pasadas las elecciones y conozcamos la certeza de sus predicciones, es que “México Elige” no caiga en la tentación de cucharear sus encuestas. Perdería lo más valioso que tiene en este momento: su credibilidad.

En el mismo rubro, si los encuestadores ya se dieron cuenta (dicho por Jorge Buendía) que la tasa de respuesta está disminuyendo a nivel mundial, pues las encuestas a domicilio así lo muestran y esto presenta un sesgo importante, es momento de revitalizar y/o mejorar la forma de preguntar. ¿O qué no?

Parteaguas y futuros escenarios

El ejercicio que se vio en el programa de @rivapa, es necesario lo hagan los demás comunicadores, con o sin los encuestadores, pero sí demostrando las bondades y escollos de los diferentes métodos. No se vale que por ignorancia no ayuden a comprender al público y/o a analizar para la opinión pública, el uso y entendimiento de nuevas metodologías de hacer encuestas. 

Más allá de sus opiniones en un sentido u otro, es momento de construir ciudadanía informada; ello resulta fundamental en estos momentos. Y una forma fácil y sencilla de hacerlo es comprender, estudiar y compartir la información que nos brindan las encuestas, siempre con un verdadero conocimiento de causa. Solo así sabremos si la percepción que tenemos de las casas encuestadores es real o fingida. Si hay grandes fallas o grandes aciertos, y si hay de ambos, con cuál preferimos quedarnos. Lo demás serán dimes y diretes sin información seria.

Las próximas encuestas

Ha anunciado México Elige que su siguiente encuesta se difundirá en SDP Noticias el próximo primero de abril. Coincidirá con el arranque de las campañas y será interesante analizarla. Nada se sabe acerca de Jorge Buendía, pero sus estudios son necesarios: ¿seguirá publicando en El Universal?, ¿lo hará en su propia página web? Es un analista de primer nivel que, por más que ahora colabore con un partido político, no sacrificará objetividad si decide difundir sus números, con los que a final de cuentas —al menos así lo hace el gran público— terminan siendo evaluados los encuestadores. Veremos también si Roy Campos publica en El Economista en los días en que la contienda formalmente inicia. Desde hace años Campos y su empresa, Consulta, son referentes en el estudio de la opinión pública. Pero la encuesta que para muchos será fundamental para entender cómo arrancan partidos y candidatos es la de Alejandro Moreno, de El Financiero. Este analista, que colaboró durante años en Reforma, ha logrado el privilegio de que se le considere el encuestador/árbitro, esto es, el que resuelve las disputas estadísticas. Así de relevante es el señor Moreno.

Por lo pronto, la buena nueva es que gracias a dos periodistas importantes que han hecho carrera juntos —en el viejo El Financiero, en Reforma y en Milenio—, Riva Palacio y Gómez Leyva, ya ninguna metodología ha quedado marginada. Las encuestas de México Elige aplicadas en Facebook, por méritos propios, ya tienen un lugar en el debate. Pronto, ojalá, dos analistas respetados, Javier Márquez y Leo Zucmermann, podrán incluirlas en su Oraculus, abriendo si así lo consideran relevante, todos los paréntesis o asteriscos que su rigor metodológico les exija. Es lo menos que debe hacerse con estudios como los de Aldo Campuzano y Sergio Zaragoza, realizados con honestidad y con ganas de innovar, que además son tomados en cuenta por mucha gente: decenas de miles de likes en Facebook que alcanza cada publicación, sin lugar a dudas lo prueban.