“Mala leche” significa “mala intención”. Resulta clarísima en una nota de este domingo del diario Reforma, ubicada en páginas interiores en su edición impresa, pero la más destacada en su versión de internet. 

“Vivirá AMLO en un Palacio”, dice el periódico dirigido por Alejandro Junco. ¿Es verdad eso? Sí y no.

Vistas las cosas con objetividad y sin ganas de joder, el presidente de México, su esposa y su hijo menor establecerán su residencia en un pequeño apartamento en las instalaciones de Palacio Nacional.

Pero si plantea el hecho con mala leche, el hogar de Andrés Manuel, Beatriz y Jesús Ernesto, además del mencionado depa incluirá —así se lee en Reforma— el Salón Azul, el Salón Morisco, la Biblioteca Presidencial, el Salón Presidencial, el Salón de Acuerdos, el Salón de Recepciones, el Salón de Embajadores, el Salón Morado, el Salón Verde y todos los otros espacios utilizados por los presidentes de México para trabajar, sostener reuniones oficiales, recibir personalidades extranjeras, atender a la prensa, etcétera.

Pocas veces los diarios, tal vez nunca, cuestionaron los lujos de los otros presidentes en Los Pinos. Se informaba, sí, de remodelaciones a la que era la residencia oficial y a las oficinas y otras casas del inmueble hoy abierto al público, pero nada se decía de los excesos que ahí se presentaban —sobre todo de estilo de vida: infinidad de personal de seguridad y de servicio doméstico, comida gourmet, vinos exclusivos, trajes de caballero y vestidos de dama de alta costura, joyas carísimas, coches ostentosos.

Me parece un exceso de Reforma —un abuso de la mala leche que el periodismo serio admite— decir que el presidente más austero en la historia de México “vivirá en un Palacio”. Se pasaron los editores del rotativo de la familia Junco, de plano.

En fin, dejo las noticias mexicanas porque en 5 minutos empezará en ESPN 3 la transmisión del Tour de Francia más impredecible en muchos años. ¿Mi favorito? Tengo dos: el líder francés, Julian Alaphilippe, y el neerlandés de apellido impronunciable, Steven Kruijswijk