La revelación de que al menos seis periodistas que cubren la “fuente oficial” de Palacio de Gobierno, concretamente, los que acuden a la rueda de prensa que a diario ofrece la Secretaría de Salud, resultaron infectados con Covid-19 demuestra nada más un “pequeño” detalle de la pandemia: nadie es inmune.

La nota cimbró los corrillos periodísticos y más de cuatro “notables” de los medios hicieron fila para hacerse el examen.

Son seis los casos confirmados, pero son decenas de sospechosos, entre reporteros, fotógrafos, camarógrafos y técnicos, quienes, pese a las precauciones, fueron alcanzados por el virus…

Más funcionarios estatales que a diario conviven con los comunicadores.

Pero estos periodistas que manejan la información especializada en los estragos que la pandemia va dejando a su paso, no serán “la nota”, porque los comunicadores, se dice, no somos noticia.

Lo que demuestra este brote, es que nadie está a salvo de contraer el Covid-19. Ojalá y sirva de aprendizaje en cabeza ajena a tanta gente que aun se la pasa diciendo que todo es una farsa.

 

¿FUERO O FARSA?

En el caso de la denuncia que interpuso el ex director de comunicación del municipio de Apodaca Édgar Martínez, por difamación contra la diputada local de Morena, Celia Alonso, alguien se está haciendo menso.

El Agente del Ministerio Público Número 5 especializado en Delitos Culposos en Monterrey, afirma que “no saben” dónde localizar a la legisladora, porque no tienen su domicilio, pero les podemos dar una pista:

Alonso cobra, al menos cada quincena, en el Congreso del Estado, en la esquina de Zaragoza y Matamoros, en el centro de Monterrey.

Ahí tiene oficina y secretaria, y bien le podrían dejar la cita, si es que quieren.

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