En los pasillos de la Secretaría de Hacienda, dirigida por Carlos Urzúa, se comienza a evaluar la decisión de eliminar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, mejor conocido como IEPS. Y es que al parecer el Gobierno actual ya se dio cuenta de la ineficacia de esta medida, la cual de ninguna manera cumple con su fin extrafiscal, es decir, combatir el problema de obesidad en el país, y únicamente ha fungido como una medida meramente recaudatoria.

Sobra evidencia que respalda la decisión de eliminar el impuesto, de entrada, recientemente especialistas de la UNAM dieron a conocer la alarmante cifra de que 72 de cada 100 jóvenes en México tienen sobrepeso u obesidad. Por otro lado, cuando una fuente de calorías se encarece por el incremento del precio, los consumidores sustituyen el producto con otro de menor precio y no hay ninguna garantía de que el producto sustituto contenga menos calorías o contribuya a una mejor salud.

En pocas palabras, los consumidores continúan ingiriendo dichos productos o similares con el mismo contenido calórico y por esta razón el fin de salud pública no se cumple con la imposición de un impuesto especial.