Que la delincuencia organizada vigila “sus territorios”, con más eficiencia que las autoridades, quedó de manifiesto este fin de semana cuando se dio a conocer el desmantelamiento de una red de cámaras de video instaladas en calles y avenidas de Reynosa, Tamaulipas.

El sistema operaba una red para vigilar los movimientos de las autoridades pero también para estar atentos de movimientos de grupos enemigos y para saber quién entra y quién sale de la ciudad.

Todo un sistema a la “Big Brother” operado por delincuentes.

Como siempre, los regios vemos la paja en el ojo ajeno y nos asombramos de que 60 cámaras de video estuvieran disfrazadas como equipo de Telmex en postes a la vista de todos.

Digo que vemos la paja en el ojo ajeno, porque acá en Nuevo León, se lo aseguro, estamos igual o peor.

Sin denostar la capacidad de los grupos delincuenciales que operan en la frontera, los que jalan a la sombra del Cerro de la Silla tienen mucho más recursos.

Y aunque en las dos plazas se siguen usando los famosos “halcones”, o sea los espías armados con un teléfono celular para correr la información, el uso de la tecnología sofisticada, aunque está de “moda” entre los delincuentes, no es nada nuevo.

El que tiene información, tiene poder.