“Asesorado” sabrá el Dios de Spinoza por quién, Alfonso Romo Garza le ordenó a su escudero de toda la vida, Eugenio Nájera Solórzano, que fusionara a Bacomext con Nafinsa y el problema es que según Carlos Urzúa, si el Jefe de la Oficina de la Presidencia no le sabe al tema económico, pues su achichincle, menos.

Les platico:  Enrique Vilatela, ex director del Banco de Comercio Exterior, dijo poco antes de ser removido del cargo, que tal decisión crea incertidumbre para quienes trabajan en esas instituciones y advirtió que con esa medida y el tope salarial presidencial “se perderán la capacidad de experiencia y el talento acumulado, el cual en lugar de ponerlo al servicio del País, se irá a la basura”.

Más adelante les platicaré a profundidad sobre dicha fusión, pero por lo pronto, me enteré de que como producto de esta acción, el viernes 25 de enero pasado, de un plumazo, disminuyeron entre un 30% y un 42% los sueldos a todos los funcionarios de Bancomext y Nacional Financiera, Nafinsa. 

También redujeron y en algunos casos mandaron a cero las antigüedades laborales, les quitaron el servicio médico, el PEA -préstamo especial para el ahorro- redujeron los días de aguinaldo y vacaciones y eliminaron todos los préstamos.

Peeeeero, los empleados sindicalizados sí conservan todos sus derechos. Amables lectores, imagínense el clima laboral que se respira en estos momentos en esos vitales bancos de desarrollo o de segundo piso, “gracias” a la medida implantada por Nájera Solórzano, seguramente “asesorado” por Poncho Romo, que como me dijo un industrial -que todavía no me deja revelar su nombre y que no estuvo en la pasada reunión de la IP regia en Palacio Nacional- no le sabe al tema económico.

De los más afectados son quienes tienen arriba de 50 años de edad y al serles suspendido el seguro de gastos médicos, les será muy difícil conseguir que otra aseguradora les venda el servicio, debido a la pre existencia de padecimientos.

A como están las cosas en Bancomext y Nafinsa, hay sindicalizados que conservan todas sus prestaciones y ganan más que directores y sub directores. 

Los empleados de base salen de la chamba a las 3 de la tarde, porque esa es una conquista sindical, mientras que quienes dirigen cada uno de los departamentos de ambas organizaciones, tienen que chambear mucho más de 8 horas al día, para suplir de esa manera las labores de quienes se van a su casa apenas terminan de comer.

Esto es, ni más ni menos que el mundo al revés, para desilusión y desencanto de los analistas internacionales que tienen sus ojos puestos en las decisiones que el gobierno republicano está tomando.

Esta fusión y lo que acabo de narrarles, es un ahorro muy mal entendido, porque lo barato le saldrá carísimo a la economía mexicana en estos dos frentes, el del comercio exterior y el que maneja las finanzas nacionales. Si a esto se le suma la desaparición de ProMéxico por las mismas “razones”, estamos ante lo que podría ser una tormenta perfecta. 

¿Sí saben que ProMéxico -el organismo que ha impulsado buena parte de la actividad económica del País en todo el mundo- fue extinguido apenas Poncho Romo tomó el control de los puestos clave de las instituciones financieras del gobierno, verdad? 

También deben saber que la altamente especializada labor de promoción comercial internacional que realizaban los especialistas de ProMéxico, es manejada ahora por decreto del Jefe de la Oficina de la Presidencia, por los agregados de las embajadas de México en todo el mundo, como si éstos consulares generalistas tuvieran la experiencia, los contactos y el poder de realización de quienes han dedicado buena parte de sus vidas a prepararse en temas del mercado global. 

Todo esto ocurre cuando se acaba de formalizar el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá. 

Cuando la segunda fase de ese TLCAN obliga a preparar a nuestro País para una mayor incorporación de empresas y mexicanos en la cadena innovativa y productiva, enfocado todo a lograr una mejoría en las condiciones de vida de la población.

En este escenario, estorba la fusión de Bancomext y Nafinsa, porque ambas instituciones tienen ejes de acción muy independientes el uno del otro. 

El primero se enfoca en el mundo y el segundo en el País y por ende, sus estrategias merecen tener vida propia.

En este contexto, perjudica al País la desaparición de ProMéxico porque deja en manos de aficionados o amateurs, lo que solo los profesionales saben hacer.

En este ambiente, es un insulto al talento bajar el sueldo a quienes han mostrado capacidad para mover los engranes de las principales instituciones financieras de México y es una ofensa agravada quitarles servicios que se ganaron a pulso, privilegiando en cambio a los que como único mérito tienen es ser parte de un sindicato que pelea agresivamente por ellos.

Parodiando al programa de radio que Hugo Chávez tenía durante su maximato en Venezuela, aquí aplicaría la frase que popularizaron sus fanáticos: “Vas bien, Poncho”

CAJÓN DE SASTRE

Amigos de Bancomext y Nafinsa, prepárense, porque lo que está haciendo Nájera Solórzano en esos organismos, cobra más vida ahora que la pugna entre Poncho Romo y Urzúa se decidió en favor del primero.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.