“Hay quienes ocupan cargos y se echan a perder. Dicen que cuando no se tiene ideales, cuando no se tienen principios, el poder atonta a los inteligentes. Y a los tontos, no voy a decir otra cosa, los vuelve locos”:  

AMLO (octubre 7 de 2017).

La bancada de Morena en el Senado de la República protagonizó uno de los pleitos más emblemáticos que hayan tenido lugar en esa Cámara y en un partido político. Destacan algunos puntos que bien podrían preocupar al presidente de la República, ya que, su bancada en el Senado, no se ha puesto de acuerdo en por dónde deben llevar la 4T ni en el respaldo que le puedan dar o no al jefe del Ejecutivo.

 

Lo que realmente representa la presidencia del Senado

El pleito no es solo por ver quién se convierte en líder del Senado, sino en lo que significa esa posición. Para Batres, como ya se vio, representa un espacio de poder, ciertamente acotado por el líder de su bancada, Ricardo Monreal y por algunos senadores distraídos que aún pretenden ser oposición.

Para Monreal, la posición es mucho más, representa tener el control absoluto de la Cámara de Senadores, tiene su bancada, tiene sus aliados en la oposición y en los partidos satélites de Morena y tiene el control de los principales temas de la agenda legislativa, en materias de energía, seguridad y la relación con las entidades federativas, situación que lo catapulta como precandidato a la presidencia de la República.

El pleito entre los dos senadores más importantes de Morena también pone en juego el rumbo de la 4T y la agenda legislativa que podrán impulsar Morena y el presidente en un futuro.

 

Mónica (Salinas)

La imposición de Mónica Fernández Balboa, una tabasqueña de cepa, reina de la belleza, embajadora de Teapa 1984 y Flor de Oro Tabasco 1994, tiene ligas filiales muy significativas que inclinan la balanza en favor del priismo morenista, en 2014 contrajo nupcias con uno de los personajes más conspicuos del salinismo: Carlos Rojas Gutiérrez ex secretario de SEDESOL y cuña de Salinas frene a Luis Donaldo Colosio; además de ser hermano de Francisco, ex director de Pemex con Salinas.

Con ella la balanza en el senado se inclina para un solo lado, el de Ricardo Monreal y el grupo del salinismo incrustado en Morena.

Los senadores Martí Batres y Ricardo Monreal provienen de dos cunas políticas muy diferentes, pero con métodos y prácticas similares, por ello se ve muy difícil que puedan ponerse de acuerdo para “jalar parejo” hacia un mismo lado, aún con la mediación del mismísimo compañero y camarada Andrés Manuel López Obrador, con quien se tiene previsto se reúnan el próximo 29 de agosto.

 

Ambos considerados como “porros” de la política

El senador Martí Batres de larga trayectoria en las luchas callejeras, fascinado por prácticas clientelares, ha protagonizado un sin número de conflictos, pleitos y prácticas de dudosa valía. Integrante del movimiento del CEU se confrontó con el ex marido de Claudia Sheinbaum, Carlos Imaz, por el liderazgo de ese movimiento.

Siempre ha estado en el conflicto y en las acciones reprobables como su programa social de 1999, donde repartió, en plena precampaña de AMLO a la Jefatura de Gobierno, la famosa Leche Betty contaminada con heces.

Como subsecretario de Desarrollo Social del GDF fue denunciado por padres de familia de la delegación Tlalpan por corrupción en la repartición de uniformes y útiles escolares, por lo cual el titular de esa dependencia, Marcelo Ebrard, lo tuvo que correr, situación que nunca le perdonó al actual canciller.

El pleito con Monreal empezó luego de que la encuesta para definir al coordinador de campaña para la gubernatura de la Ciudad de México, y eventual candidato, la ganara la delegada de Tlalpan, Claudia Sheinbaum. Este conflicto se agudizó por la imposición del hoy gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, lo cual se interpretó como la gran derrota de Monreal.

 

Ricardo Monreal

Las prácticas “porriles” de Ricardo Monreal no son tan diferentes a las de Batres. Desde que estaba en el PRI, se le recuerda, junto con otro porro muy cercano a la 4T, en la defensa de Carlos Salinas de Gortari para que no fuera expulsado del PRI en la XVII Asamblea, la cual “reventaron” al puro estilo porril.

Como delegado de Cuauhtémoc encontraron a su director jurídico en Polanco con miles de pesos producto de la extorsión. En las elecciones del estado de México DE 2017, siendo operador electoral de Morena, desde su búnker en el Hotel Fiesta Inn de Ecatepec, detuvieron a su chofer con recursos para inducir el voto en favor de Delfina Gómez, mismo que “casualmente” fue liberado y apoyado por el entonces gobernador, el actual senador del PRI, Eruviel Ávila. En 2018 salieron a la luz las grabaciones con José Murat para apoyar a los candidatos de Morena en Veracruz y de su hermano en Zacatecas. También se le vio comiendo con uno de los priistas más poderosos, Manlio Fabio Beltrones, y luego, en su columna de Milenio Diario, defendió al exgobernador de Sonora cuando fue vinculado en la investigación de desvío de recursos por el fiscal de Chihuahua lo que llevó a la cárcel al operador de Beltrones; o el pleito con la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky por la candidatura de Morena al gobierno de Puebla.

Aún falta mucho por ver, ya viene la renovación de la presidencia de Morena, donde todas estas rencillas volverán aflorar, y aún más fuerte, ya que, quien domine el partido, se convertirá, prácticamente en el “fiel de la balanza” al tener la posibilidad de controlar por la vía de Morena al Congreso de la Unión.

La disputa está entre los priistas embozados como Monreal y los opositores de calle al PRI, como Batres, Bejarano, Padierna y Sheinbaum.

El peligro de que la 4T choque contra la pared, no está en la oposición, está en los pleitos internos de los grupos tan disímbolos y distantes que existen en Morena, que no tienen ideales, ni tienen principios, como bien lo ha hecho notar el presidente.

 

¿AMLO los podrá contener y “meter al redil” e influirlos para que tengan apego a sus principios e ideales?

De ganar Monreal la próxima partida y así quedarse con el control del partido en noviembre, se convertirá en la verdadera oposición de AMLO, mientras el salinismo recuperará gran parte del poder perdido.