Mitos de la vivienda mexicana; este sector se mueve gracias a recursos públicos...

Y no... La verdad está muy lejos de ser así, porque de los cerca de 450,000 millones de pesos que representa anualmente el sector, menos de 10,000 millones corresponden a recursos públicos y aparecen así etiquetados en el Presupuesto de Egresos de la Federación.

Y no... Ni el Infonavit, ni el Fovissste manejan recursos públicos; son fondos privados que se nutren de las aportaciones de patrones y trabajadores, y que están destinados o al otorgamiento de créditos para vivienda o, en el caso de los derechohabientes que no ejerzan su derecho a un financiamiento, a formar parte del ahorro para el retiro de sus afiliados.

Pero hay que ser claros, los recursos del Infonavit y el Fovissste están muy lejos de ser públicos... Son recursos que tienen dueño; sus derechohabientes, y justamente se manejan así a través de subcuentas individualizadas de vivienda.

Sí; Infonavit y Fovissste son uno de los grandes motores de la vivienda mexicana, pero ni son el único, ni se trata de recursos públicos, ni son la mayor fuente de financiamiento de esta actividad.

Habría que decir que hace ya un par de años que la banca privada invierte más en el sector vivienda que el propio Infonavit, y que además cumple un doble papel fundamental, ya que por un lado otorga créditos a trabajadores que por sus ingresos pueden solicitar a un banco un crédito en promedio superior a los que manejan Infonavit y Fovissste, pero además, la banca financia la producción de la mayor parte que las viviendas que se construyen en el país.

Simple; la banca apoya con financiamiento a un segmento de la demanda que no atienden los dos grandes fondos de vivienda que tenemos en México, y apoya también la oferta a través de créditos para que los desarrolladores inmobiliarios construyan sus proyectos

Se puede sumar a la ecuación la labor de la Sociedad Hipotecaria Federal, cuya labor está en financiar la construcción de una parte de las viviendas que se construyen en el país, y que complementa su operación con una serie de servicios especializados, entre los que destacan seguros y garantías.

Pero la participación de la SHF no es suficiente como para desestimar la importancia que tiene la banca privada en el desempeño del sector vivienda.

Sin la banca no habría financiamiento para que las clases medias compren casa y no habría recursos suficientes para financiar la producción del sector inmobiliario (ya no solo de la parte que corresponde a vivienda).

Y viene esto al caso porque hace apenas unos días BBVA Bancomer anunció que el año pasado había invertido cerca de 54,000 millones de pesos en el sector vivienda, lo que sirvió para otorgar 32,000 créditos hipotecarios individuales y para financiar la construcción de cerca de 25,000 viviendas.

Y si ya de por sí estas cifras reflejan un crecimiento de doble dígito respecto al año anterior, el director general  del banco, Eduardo Osuna Osuna, dio a conocer que la meta de este año era llevar la inversión en el sector hasta 68,000 millones de pesos, lo que representa un impresionante crecimiento del orden de 25%, financiando nuevamente tanto a la demanda, como a la oferta.

Y si bien estas son las cifras del banco que ocupa el primer lugar en el mercado hipotecario mexicano, hay que señalar que esta visión es compartida por los mayores jugadores del sector; Banorte, Santander, Scotiabank, HSBC y Banco Inmobiliario Mexicano.

De hecho, hace apenas unos días Banco Inmobiliario Mexicano anunció que en el 2018 había destinado 9,011 millones de pesos solo al financiamiento de la producción de proyectos de vivienda, monto que representó un crecimiento superior a 10% respecto al año anterior, y anunció también que para este nuevo año había presupuestado un crecimiento aún más agresivo, de 20% con respecto al 2018, que habrá de traducirse en una inversión de 10,800 millones de pesos.

Y abundando en este tema, cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores señalan que al cierre de noviembre del año pasado la cartera de crédito a la vivienda de la banca había llegado a 814,000 millones de pesos, habiendo crecido 4.8% en el año, y que con esto, el segmento hipotecario representaba ya 15.8% de la cartera crediticia total de la banca.

Es muchísimo dinero que refleja, entre otras muchas cosas, la enorme dependencia que sigue y seguirá teniendo el sector vivienda, de la banca.

 Claro, no estaría completo el comentario, sin destacar la importancia de que las tasas de interés que maneja la banca para el mercado hipotecario se mantengan en un nivel bastante competitivo, con una tasa de interés promedio de 10.3% en lo que respecta a los créditos individuales. y una que va de la tasa de referencia que fija Banco de México, y que se mantiene en 8.25%,  más 4 a 6 puntos (según el perfil de cada cliente) para los que se otorgan a los empresarios del sector para financiar su producción.

Claro que no se trata de minimizar la importancia ni de los recursos públicos y menos de las instituciones con que cuenta el Estado mexicano para atender los retos relacionados con la vivienda... Pero tampoco sobra poner las cosas en perspectiva y recordar el papel que en todo esto juegan las inversiones privadas y, en este caso, la banca; verdaderos y poderosos motores de México.

·    Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas inmobiliarios y urbanos

Correo electrónico: hurbano@centrourbano.com

Twitter: @horacio_urbano