Desde que se implementó el IEPS a alimentos altos en calorías y bebidas azucaradas en 2014, el Coneval calcula que más de 200 mil personas en México pasaron a condiciones de pobreza y pobreza extrema. Y es que las familias con menores ingresos del país destinan más del 2% de su gasto en la compra de estos productos, mientras que las de mayor ingreso únicamente destinan un 0.7%.

Aunado a esta situación, Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de Morena electo por el VI Congreso Nacional, propuso el pasado 28 de enero aumentar un peso a las cajetillas de cigarro, al litro de refresco, alcohol y cerveza con el objetivo de recaudar 72 mil millones de pesos para destinarlos a servicios de salud.

En México, el sobrepeso y la obesidad han aumentado casi 4% en los últimos años y pareciera que todo lo recaudado por este IEPS no ha hecho ninguna diferencia en el combate a estas enfermedades. Por otro lado, la aplicación de una medida recaudatoria como esta, en el actual contexto económico del país, impactaría nuevamente en la población más vulnerable; el ingreso promedio del decil más bajo de la población es de 3 mil pesos, es decir, familias que viven con 101 pesos al día, mientras que el del más alto es de más de 55 mil, 18 veces más alto que el de la población más pobre de México. No hay que olvidar que el Presidente López Obrador ha prometido que no habrá un aumento o creación de nuevos impuestos.