El acuerdo del T-MEC con Estado Unidos y Canadá resulta un triunfo indiscutible para la administración del compañero presidente y camarada Andrés Manuel López Obrador y para el comercio internacional de México, incluso más de lo que significó la firma del TLCAN para Carlos Salinas de Gortari.

En pleno idilio AMLO y Trump, como nunca se había dado en la relación de México y Estados Unidos, se lanzan flores con cualquier pretexto.

Las características poco ortodoxas de ambos mandatarios hacen más llamativa su relación, porque, aunque ambos tienden a descalificar a sus adversarios y hasta con quienes negocian, entre ellos todo es “paz y amor”, lo que ha permitido alcanzar acuerdos en temas migratorios, el muro, asuntos medioambientales, energéticos y ahora en lograr las adecuaciones necesarias para que finalmente los demócratas accedan a aprobar el T-MEC.

Antes del encuentro de hoy (10 de diciembre) en México, en el que los nuevos negociadores del T-MEC, Jesús Seade, Chrystia Freeland y Robert Lighthizer firmaron el protocolo modificatorio del acuerdo comercial entre las tres naciones, fungiendo AMLO como testigo de honor, hubo un interesante intercambio de piropos de uno y otro mandatario.

La visita de Barr

Previo a esta firma histórica, el Fiscal General de los Estados Unidos William Barr, visitó nuestro país para reunirse con AMLO, realizar una reunión de trabajo en la sede de cancillería con Marcelo Ebrard, Alfonso Durazo y Alejandro Gertz Manero y, para rematar su visita, fue a depositar un arreglo floral a la Basílica de Guadalupe.

Luego de la reunión AMLO subió en su cuenta de Twitter: “Buena reunión con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr. Como abogado, comprende que nuestra Constitución nos obliga a ceñirnos a los principios de cooperación para el desarrollo y a la no intervención en política exterior. De este modo siempre podremos trabajar juntos.” Enseguida, Trump por la misma vía anunció que frenará temporalmente la designación de los carteles mexicanos como organizaciones terroristas “a petición de un hombre que le cae bien y respeta: Andrés Manuel”.

A lo que AMLO respondió que respeta “mucho” al mandatario de Estados Unidos, pues con su decisión demostró que es “respetuoso de nuestro pueblo, de nuestra soberanía nacional”.

Otra muestra de la buena relación fue el acuerdo de EE.UU. a la decisión de México de asilar al exmandatario de Bolivia Evo Morales, así como quizá también, por su salida a Cuba antes de que llegaran los representantes de Trump a México para la firma de los adendum del T-MEC.

Incluso, Cuauhtémoc Cárdenas, en declaraciones al diario El país, se refirió a esta relación tan suigéneris entre AMLO y Trump al señalar que no ve a nadie en la Cuarta Transformación con el mismo nivel que los personajes que aparecen en el emblema de Morena: Hidalgo, Morelos, Juárez y Lázaro Cárdenas.

Los acuerdos del T-MEC

En tanto, los acuerdos parecen satisfacer a Canadá, Estados Unidos y México, aunque exista cierta expectativa y recelo entre algunos sectores de la economía mexicana que pudieran verse seriamente afectados.

Para Nancy Pelosi y el principal líder sindical estadounidense Richard Trumka, el acuerdo quedó "infinitamente mejor" que el original, según el líder de la central sindical AFL-CIO, por primera vez habrá normas laborales cuyo cumplimiento podrá ser vigilado.

Las nuevas disposiciones obligan a México cumplir con las reformas laborales que ya aprobó, y a admitir la verificación de sus estándares laborales de bienes y servicios, so pena de sanciones.

En materia medio ambiental se atenderán severas normas y mecanismos para vigilar su cumplimiento.

Al igual que en lo laboral, el acuerdo crea la figura de "agregados ambientales" quienes se ocuparán de vigilar sus leyes y reglamentos.

Otro punto que impactará positivamente a la población de los tres países es el plazo de 10 años de exclusividad para drogas biológicas, que facilitará el rápido ingreso de genéricos al mercado y reducirá los precios de medicamentos.

El T-MEC con más carga política que comercial

Si bien el T-MEC es un gran logro comercial, en estos momentos posee un mayor alcance político para Estados Unidos y Trump y, para México y AMLO.

La firma del Acuerdo se logra en medio de uno de los debates más trascendentales de la política estadounidense, el famoso juicio de desafuero en contra del gran amigo de AMLO, Donald Trump. Los demócratas comandados por Nancy Pelosi lanzaron el tercer impeachment en donde acusan a Trump de tratar de utilizar al Gobierno de Ucrania para "ayudar a su reelección y dañar las expectativas electorales de un oponente político". El próximo jueves se discutirá el tema en la Cámara de Representantes.

En México, políticamente tienen otro tamiz, AMLO está urgido de dar golpes certeros que generen confianza en lo económico, dado que los principales indicadores generan en inversionistas y pueblo en general mucha expectativa y desconfianza y en seguridad, qué decir, la batalla contra el crimen organizado y de combate a la inseguridad parece estar muy mal.

No es de extrañar entonces que AMLO y Trump se necesiten más de lo que se ve. AMLO cedió en muchos aspectos del T-MEC, que iremos viendo poco a poco, mientras que Trump cedió en no declarar a los narcos como terroristas, lo que le da un voto de confianza a López Obrador, mientras que, en un golpe espectacular, detiene a quien fuera el responsable de la lucha contra el narcotráfico en la administración de su archienemigo, Felipe Calderón, Genaro García Luna.

Por esto las negociaciones del T-MEC se llevaron en el más alto sigilo, dejando fuera de la ecuación a quienes lo venían negociando comercial y diplomáticamente, el canciller Marcelo Ebrard y la secretaria de Economía, Graciela Márquez, y en su lugar, aparecieron, el peón de AMLO, Jesús Seade que negoció en nombre de México, sin su jefe y sin los asesores del “cuarto de junto” y el mayor de los oportunistas, el senador Ricardo Monreal, quien aprovechó su posición para “aparecer en la foto” y capitalizar políticamente un evento tan relevante para la nación, en su deseo de llegar a la presidencia.

¿Logrará Seade reconciliarse con las fuerzas productivas luego de ceder a cambio de nada? Porque para ellos es irrelevante, ganaron en lo político y México recibió una bocanada de aire en lo económico.

Lo importante es no permitir que lo político enturbie o boicotee lo que es un importante Tratado Comercial para México, tal como le sucedió a Carlos Salinas de Gortari en 1994. AMLO deberá tener más inteligencia y menos ambición de poder para no caer en las trampas en las que cayó el innombrable.