El discurso de AMLO se vuelve un sermón evangélico

“El Estado laico significa garantizar la libertad religiosa; a veces se piensa que es un principio antirreligioso, pero no, es garantizar las libertades de creyentes y de no creyentes, sin relacionar los asuntos de las iglesias con los asuntos del Estado”: AMLO

Al inicio de su administración el compañero, camarada y pastor, AMLO lanzó su primer “buscapié” cuando la senadora de Morena, María Soledad Luévano Cantú, presentó “a título personal” una iniciativa para reformar Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público con la intención de eliminar la separación Iglesia-Estado.

La iniciativa de la morenista pretendía, entre otras cosas, justificar con motivos religiosos responsabilidades civiles y no impedir la colaboración entre la iglesia y gobierno para la promoción del desarrollo social, además de garantizar que la formación de ministros religiosos tenga validez oficial ante la SEP.

Como la iniciativa no pasó, AMLO reformó el reglamento interior de la Segob para eliminar el obstáculo legal que impedía formalizar la participación de las iglesias en su proyecto social y político.

Modificó el inciso XIX del artículo 83 del reglamento, relacionado con las funciones y atribuciones de la Dirección General de Asuntos Religiosos, publicado en el DOF el 31 mayo de 2019, donde plantea ahora la relación de su gobierno con las iglesias en temas de asuntos públicos: “Proponer y coordinar estrategias colaborativas con las asociaciones religiosas, iglesias, agrupaciones y demás instituciones y organizaciones religiosas, para que participen en proyectos de reconstrucción del tejido social y cultura de paz que coadyuven a la consecución de las atribuciones materia de la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos”.

Si Juárez viviera con la 4T no estuviera

El “juarismo” de AMLO es solo un mito y tan grave que los expertos en el tema de la iglesia y su relación con el Estado, Bernardo Barranco y Roberto Blancarte, publicaron un interesante libro: “AMLO y la religión. Estado Laico bajo amenaza”.

La primera parte se titula Laicidad en tiempos del populismo, escrita por Roberto Blancarte contiene cinco textos que hablan del esquema político-religioso de AMLO, la Constitución Moral y la deuda de López Obrador con el Estado laico. Mientras que la segunda parte, escrita por Bernardo Barranco, analiza las transformaciones de lo sagrado y la irrupción política de los evangélicos pentecostales, además de la concesión de los medios electrónicos a las iglesias evangélicas, así como el debate de la Cartilla Moral y el reacomodo de los actores religiosos.

Este gobierno ha sabido manipular y engañar a la población. Se dice de “izquierda”, aunque en realidad es cristiano y ultraconservador, mucho más que los gobiernos panistas de Vicente Fox y de Felipe “del Sagrado Corazón” de Jesús Calderón Hinojosa.

En marzo de 2019, AMLO recibió en Palacio Nacional a 20 líderes cristianos, encabezados por el pastor Arturo Farela, presidente nacional e internacional de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas que agrupa alrededor de 30 millones de seguidores, quien agradeció al presidente que cada mañana en su conferencia, mencione la Biblia y reconozca que es cristiano.

Farela mencionó que desde hace 25 años se reúne con AMLO a orar y leer la Biblia y que en esa visita a Palacio Nacional se reunieron a orar: “Oramos dentro de Palacio Nacional”.

El eje de la 4T

El conservadurismo del pastor AMLO es evidente y lo pone en práctica en sus acciones de gobierno. En noviembre de 2019 durante una gira en Sonora, ante los pueblos mayo, guarijío y yaqui, señaló que el eje práctico de su mandato es el cristianismo, al ratificar el compromiso de su gobierno para que los grupos más necesitados tengan mejores condiciones de vida y trabajo, dejó claro que “eso es humano, es justicia social y es también cristianismo”.

Así avanza la cruzada de AMLO para evangelizar al pueblo de México, en todos los ejes de la 4T, con acciones como la distribución de la Cartilla Moral por parte de los cristianos; los planteamientos de su nuevo libro sobre “Economía Moral”, y el posicionamiento en contra de la violencia, que pretende erradicar mediantela Fe.

Su egocentrismo y su figura mesiánica lo ha llevado al extremo de compararse con Jesucristo: Al presentar programas de apoyo en comunidades pobres, el discurso de AMLO se vuelve un sermón evangélico: “Me van a criticar, pero lo voy a decir, miren: ¿Por qué sacrificaron a Jesucristo? Porque lo seguían por defender a los humildes, por defender a los pobres. Esa es la historia real, entonces que nadie se alarme cuando se mencione la palabra cristianismo, cristianismo es humanismo”.

Su muletilla de “yo tengo otros datos” no es más que una estrategia bien planeada que utiliza para reafirmar la fe en su persona. Nadie le cuestiona, nadie le exige que presente sus “otros datos”, él tiene la verdad y el pueblo le debe tener fe. Lo que importa es la moral cristiana, su moral.

Otro mito fantástico de AMLO, cuando en eldiscurso proclama su juarismo y laicidad, pero modifica leyes y reglamentos y fundamenta sus políticas públicas en la fe cristiana e incluso es capaz de compararse groseramente conJesucristo.

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