En nuestro país, la banda celebró la despenalización del Aborto en Argentina, como quien celebra un gol de Holanda, el triunfo de Biden o que en la República de Nauru la gente puede fumar toda la marihuana que quiera. ¡Felicidades! En nuestra Patria todavía falta mucho por hacer.

Es cierto que algunos lugares (como la Ciudad de México), se puede abortar, pero aún prevalece una mentalidad conservadora y muchos congresos locales no han despenalizado la interrupción voluntaria del embarazo.

En muchos casos solo se permite abortar si la mujer fue víctima de una violación (así, como antaño, cuando el varón embarazaba a una mujer, se tenía que casar con ella). Ideas que tienen qué ver más con la reparación del daño en términos morales, que con el bienestar de la mujer.

No se necesitan pretextos. La mujer decide sobre su cuerpo y con eso basta. Del mismo modo que una o un menor de edad se le debe respetar su integridad sin condicionamientos.

En México, muchos delincuentes sexuales pueden levantar el pulgar y decir: “¡Qué chido lo de Argentina! ¡Arriba las mujeres!”; y si en Argentina se tomaran severas medidas punitivas contra la trata, la pederastia y la prostitución infantil, no dejarían de apoyar: “¡Qué chido lo de Argentina! ¡No más abusos sexuales!”, porque eso está sucediendo en la Patagonia, muy muy lejos de Puebla, donde no entran las patrullas.

Para nadie es un secreto que muchos de ellos son adinerados y poderosos; para no ir muy lejos, recordemos que los hijos de Carlos Salinas de Gortari (Emilio y Cecilia) tenían cargos en NXIVM, la secta que secuestraba y explotaba mujeres, cuyo líder, Keith Reniere, está preso. Javier Jileta Verduzco, involucrado con la secta, dejó su cargo en la Secretaría de Relaciones Exteriores (y, según la periodista Dolia Estévez, buscará una diputación), argumentando que no sabía nada. Hasta ahorita, nadie ha insinuado encarcelar a ningún mexicano relacionado con NXIVM, solo que los presuntos responsables tienen mucho dinero e influencias.

Un juez mandó a descongelar las cuentas del ex gobernador de Puebla Mario Marin y el empresario textil Kamel Nacif (ambos, socios y cómplices de Jean Succar Kuri, empresario dedicado a la trata y prostitución infantil), sobre quienes también pesa el delito de intento de asesinato de la periodista Lydia Cacho.

Si la Interpol los anda buscando en Disneylandia, creyendo que andan disfrazados de personajes de ensueño, déjenme recomendarles que los busquen en Puebla, donde al parecer se les ha visto rompiendo piñatas en posadas de empresarios.

Después de celebrar una conquista de Argentina, habría que insistir en la detención de los pedófilos en México, pues no crean que encerrado Jean Succar Kuri se cerró el negocio. Si los “preciosos” andan libres es porque todavía hay clientela agradecida.

No es posible que un gobierno se diga de izquierda mientras haya explotaciones: Sexual y laboral (pues también se sigue practicando las renuncias forzadas, un crimen tan denigrante que se practica diariamente en México, y sobre el cual, publiqué mi “Manifiesto contra el Negocio de los Despidos”).

Ya viene otro año para la 4T. Ha avanzado mucho en la lucha contra la corrupción, pero todavía le quedan años al sexenio para resolver otros problemas urgentes.