El problema de los indios de carne y hueso es tan doloroso que la mayoría de las familias no tiene para bien morir o bien enterrar a sus muertos.

En esos laberintos de miseria material que son las comunidades, nadie habla de bien vivir. Es un término proscrito.

Uno de los reclamos de la ciencia a los políticos es que grandes sectores de la población mueren en las mismas condiciones en las que nacen.

Con lo que se enfatiza que las escaleras del bienestar (movilidad social) están selladas a piedra y lodo para muchos, pero de manera especial para los indios.

Este sector del que tanto se habla en las campañas electorales y a los que más se promete, su fatalidad en este mundo ha llegado a un punto en el que las condiciones de su muerte son peores que las de su nacimiento.

Ahora mismo en las redes sociales se está solicitando ayuda a la población para costear el traslado de un joven totonaco que murió en un accidente en el estado de Guanajuato.

Otro de los acompañantes, también indígena de la sierra de Puebla, del lado de Cuetzalan, se debate entre la vida y la muerte.

Todo es dinero. Para recoger y despedir a los muertos; para luchar contra la muerte en busca de estirar la vida unos años.

Los indios no tienen seguros de gastos médicos ni altos ni bajos.

El poeta totonaco Manuel Espinosa Sainos, que lo mismo recurre a la buena voluntad de la gente para que los danzantes de su pueblo compren sus trajes de fiesta que, como ahora, para repatriar a los muertos.

Dice el poeta:

Amig@s. Ahora les escribo para solicitar su apoyo.

Mi paisano Bernabé Sánchez Guzmán sufrió un accidente en Guanajuato y a sus familiares les piden 30 mil pesos para su traslado.

Iban tres personas y lamentablemente él perdió la vida y su hijo está en coma.

Él es hablante de lengua totonaca y es originario de Ixtepec, Puebla, y como la gran mayoría de la gente de esta población, es de escasos recursos económicos.

Cualquier apoyo que puedan dar, por mínimo que sea, será de mucha utilidad.

Pueden apoyar mediante un depósito bancario al número de tarjeta de abajo, a nombre de Jorge Sánchez Guzmán, hermano del hoy occiso.

Para los que viven en Ixtepec pueden ir directamente con sus familiares a brindar su ayuda. Cualquier apoyo les estaré muy agradecido.

Como en la Colonia, salvo en el breve lapso de la monarquía mexicana de Maximiliano, los indios sobreviven de la caridad.

El Estado mexicano y sus sucesivos gobiernos, en los tres niveles, los rehúye a toda hora.