El sueño de bonanza que los mexicanos tuvieron con la Expropiación del 18 de marzo de 1938, pudo ser una realidad con el repunte de fines de los setenta y principios de los ochenta cuando México se instaló como un país petrolero de línea importante.

El despertar nos enfrentó con la corrupción, el saqueo, con las colinas de perros que ladraban burlones contra los ilusos que confiaron en una fuente inagotable de riqueza. El avatar permanente de la primera industria mexicana, las altas y bajas de los precios, el uso indiscriminado de sus recursos de parte de un poder público insaciable, la contaminación de las zonas petroleras, los liderazgos sindicales corruptos que crecieron desde Joaquín Hernández Galicia, La Quina, hasta el proscrito líder millonario Carlos Romero Deschamps, fueron desalentando aquel viejo sueño que forjó el general Lázaro Cárdenas.

La realidad se convirtió en pesadilla para millones de pobres que crecía y que en este momento se pueden calcular en 70 millones. Solo un pequeño sector puede presumir de que los sueños sí se hacen realidad.

Los cambios que ha introducido el actual gobierno en Petróleos Mexicanos, entran a la batahola viral, los precios se desploman, suben un poco y la expectativa sigue latente de acuerdo a como se mueva la pandemia del coronavirus.

El humano hace, lo imprevisto lo deshace, enunciaría un dicho ante una situación que no sabemos a donde llevará a la industria petrolera, 82 años después de aquella Expropiación.

 

EXPROPIACIÓN: NACIONALISMO Y DEVALUACIÓN: RICARDO TORRES GAITÁN

Cuarenta y dos años después de aquella expropiación cinco protagonistas, desde diferentes ángulos, hicieron un análisis de los efectos de la decisión cardenista.

El diario Unomásuno me pidió cinco entrevistas que salieron en un suplemento especial el mero 18 de marzo de 1980.

En diferentes crónicas he mencionado al escritor Juan de la Cabada, empleado entonces de una empresa petrolera, a Valentín Campa, el líder comunista, del sindicato petrolero, a Renato Leduc, poeta y protagonista de ese momento ( aunque más bien “en busca de faldas en Europa”, como él dijo) y Jesús Silva Herzog, asesor de Cárdenas en el tiempo en que se lanzó el decreto.

El quinto personaje es el economista Ricardo Torres Gaitán, quien era por esa época, un estudiante de economía.

Por la visión que tenía 42 años después, y ante los declives monetarios en el país en estas semanas, la actitud del Banco de México y la reacción de la gente más preocupada por el virus que por el petróleo, publicó unos aspectos de la entrevista de este funcionario experto en devaluaciones sobre lo que ocurría en 1938 en esos tres aspectos.

Son tres épocas distintas. Torres Gaitán llenó toda una época en el sector público y la academia y quizá se sorprendería ahora de ver los bamboleos del peso, no por el petróleo, sino por un virus: “¡Como cambian los tiempos”, repetiría, como fue su última frase en la entrevista.

 

EL PETRÓLEO “UN SÍMBOLO”, LA EXPROPIACIÓN, “UN IMPACTO SOBERBIO”

“La expropiación petrolera tuvo dos efectos notables según el economista Ricardo Torres Gaitán. Uno, la explosión nacionalista en torno al gobierno de Cárdenas y otro, la devaluación del peso frente al dólar.

Balanceándose en el sillón de su oficina en Tabamex, “en la que soy solo un arrimado”, el maestro emérito de la UNAM y ex funcionario de tres gobiernos, oficial mayor de la Secretaría de Economía con Ruiz Cortines, entre otros puestos, saca una caja de puros, de su escritorio y se los envía a un amigo.

De inmediato vuelve a marzo de 1938.

“Yo era solo un estudiante de economía y no pude hacer ningún análisis inmediato del a Expropiación en ese entonces. Tenía apenas un mes en el segundo año y las cuestiones monetarias se dan en el tercero y cuarto año de la carrera”

---¿Pero qué explicación dieron los economistas de la escuela, de la devaluación tan sorpresiva?

--Ninguna. Los maestros que teníamos entonces no tenían formación de economistas, sino que eran más bien funcionarios o abogados. A mi me dio finanzas públicas el jefe del Departamento de Recaudación Fiscal, que carecía por otra parte, de título universitario.

La cuestión empezó a verse clara hasta 1939, cuando llegaron entre diez o doce economistas españoles que tenían formación europea.

Uno de ellos había sido, incluso viceministro de finanzas en aquel país.

---¿Y la gente qué pensaba?

---No entendía nada. Estaba confusa. No se explicaba porqué de 3.60 que era la paridad entonces, el peso empezó a flotar hasta llegar incluso a los seis pesos frente al dólar. Recuerdo que el Banco de México anunció que se retiraba del mercado y cerró la venta de dólares. Las compañías expropiadas empezaron a saquear sus arcas y los capitalista nacionales los secundaron”.

En la amplia entrevista, quien fue también secretario de finanzas del gobierno de Miguel Alemán, sostuvo que la ausencia de capitales fue lo que produjo la devaluación; el peso que flotó hasta 1941, se estabilizó en 1944. “El costo social fue muy grande pero el pueblo no protestó” sostuvo el economista autor del libro Un siglo de devaluaciones del peso mexicano, quien añadió que no fue la misma reacción en la devaluación de 1976 y mucho menos quizá hubiera dicho, en la de 1994.

Entre otras preguntas respondió que el petróleo se debe aprovechar como es debido y criticó a los liderazgos sindicales petroleros y la forma como vivían suntuosamente del petróleo, en el tiempo de la entrevista.