Un error que Claudia Sheinbaum haya decidido no investigar quién o quiénes generaron la violencia el pasado 16 de agosto en las manifestaciones en contra de la violencia -paradójico- de las mujeres, que se escenificaron durante horas.

Eso puede crear un precedente grave y dar pie a que una oposición beligerante que ya lo es en palabras, se sienta con derecho a violentar la ciudad de muchas maneras.

Una cosa es la represión de las manifestaciones y otra la advertencia a las marchas a conservar la paz y sancionar su alteración.

Se entiende el problema, la indignación que a la gran mayoría nos llega por lo que está sucediendo con las mujeres en México y en todas partes.

Es un fenómeno mundial al que se le han dado muchas explicaciones, una de ellas, la liberación cultural y laboral que han experimentado millones de mujeres en las últimas décadas; su participación cada vez más intensa en la vida diaria, en la cultura y en la política.

Ha habido un trastoque si no repentino si de pocos años, de un mundo machista que tuvo a la mujer en un plano secundario y de ésta cierta sumisión que en algunos casos pudo sentirse como servilismo.

Las formas monstruosas como son embestidas las víctimas, lo inexplicable de muchas desapariciones, la sed de violencia y de sangre de los crímenes, es algo que evidencia algo más que odio, idea de venganza o desprecio.

MUCHOS HOMBRES NO HAN ASIMILADO EL AVANCE DE LAS MUJERES

Otro aspecto es la no aceptación que muchas mujeres tienen actualmente de antiguas ideas, evadidas de los viejos conceptos del moralismo, de la idiotez de la costilla de Adán y otras regresiones que aunque aparecían como bromas, en el fondo no lo eran.

El matrimonio monogámico que volcaba a las mujeres a ser amas de casa y madres fue cambiado de pronto. La necesidad por otra parte de que la mujer se incorporara como ente económico fue un cambio radical que en muchos casos fue utilizado por los hombres para someterlas a la doble jornada.

De vuelta al caso violento de días pasados, las argumentaciones que han dado algunos medios y columnistas que quieren aparecer como consecuentes y solidarios disculpando la violencia expresada, es una postura peligrosa. Hablan de que la violencia, que consideran pequeña, expresada ese día, no tiene nada que ver con la que se ejerce sobre ellas.

La justifican como la vieja aplicación legal de ojo por ojo, aunque más atenuado de parte de las mujeres.

Son instigadores de la venganza privada: hacerse justicia por la propia mano. No se han dado cuenta que de una violencia pequeña se suele pasar a una mayor. Los radicalismos tanto de izquierda como de derecha vulneran el deseo de avanzar de otra manera.

 

LA VIOLENCIA INDUCIDA POR LA IGNORANCIA Y EL SISTEMA ECONÓMICO

Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica se quejaba en estos días de lo poco que lee la gente. De cómo ciertos sectores han dejado de leer. Treinta y cinco años antes, aunque con posiciones diferentes dentro de la izquierda, Ernest Mandel coincide plenamente con él, al señalar que la violencia tiene mucho que ver no solo con la pérdida y la alteración del lenguaje, sino con la ignorancia que se va generando ante el predominio de la imagen sobre la palabra.

“El pensamiento histórico, el pensamiento deductivo y dialéctico, el pensamiento inductivo, causal y científico, todos se hallan estructuralmente ligados a la palabra escrita”.

En el capítulo La violencia: explosión e implosión de su libro Crimen delicioso, Historia social del relato policiaco, (Dirección de Literatura UNAM 1986, primera edición 1984) el teórico troskista desarrolla la idea de como los delitos mayores del crimen organizado y crímenes surgidos, sobre todo en Estados Unidos -relata ya en los años treinta y cuarenta, ataques masivos de asesinos, como los que acaban de suceder en Texas y Ohio- y otros, se reflejan en lo que se escribe y menciona a autores como Mickey Spillane , que desataban la violencia en sus novelas como un reflejo de lo que se vivía. Y concluye que el surgimiento de nuevas formas de distracción y de expresión alejaron a la gente de la lectura y el conocimiento, y crearon una insensibilización ante la violencia.

Lo que hemos visto en los últimos días, con furiosas expresiones ante la violencia contra las mujeres, exhibe la reacción a esa falta de sensibilidad que aumenta en la sociedad y afecta sobre todo a mujeres y niños. El ya se refiere en agosto de 1988 a la aparición de los videos como una distracción que lesiona la cultura tradicional y la absorción de los jóvenes. Y eso que no le tocó ver el desarrollo de las redes y todos los elementos digitales que se usan para alejar a la gente de aquel tipo de cultura.

Un retroceso del lenguaje escrito, dice Mandel-, crea formas más primitivas de comunicación y otras expresiones retrógradas en el ser humano.

Y en muchos casos, por desgracia, se expresan en muerte y agresión a mujeres y en general a seres humanos. Situaciones en las que hay cierta cercanía a la barbarie.