Todos Santos, BCS.-

En medio del encierro de Total Home hospitalario que tuve hace varios años por motivos que nada tuvieron que ver con el bicho de estos días, se volvió muy espaciado mi contacto con unos brillantes socios que tenía en el negocio del biodiesel.

Les platico de esos jóvenes. La diferencia de edades de ellos y la mía era como de 25 años en el más “viejo” y de 32 con el más chavo.

Había un boliviano que me sorprendía por su inusitada frialdad y metodología, más propias de alguien de mi rodada que la de él.

Dos más eran de Monterrey y el que llevaba la voz cantante en cuanto a relaciones con gobierno, medios, universidades y empresarios se llama Daniel Gómez Iñiguez, un egresado de ingeniería química del Tec de Monterrey -igual que el resto- reconocido por la Revista Forbes como uno de los jóvenes emprendedores más destacados del mundo.

Entre los cuatro desarrollaron la primera tecnología para producir biocombustibles y otras formas de energía en México a partir de materias primas renovables.

Un día que supe de ellos los busqué y el resultado fue una alianza -muy por encima de cualquier sociedad- basada en ésta palabra mágica y casi en vías de extinción en nuestros días: CONFIANZA. La diferencia de nuestras edades -más que desventaja- creó una sinergia que rindió muy buenos frutos.

Ellos siguen en el negocio del biocombustible y por coyuntura estratégica y porque todo en la vida tiene sus ciclos, nuestros senderos se bifurcaron, haciendo honor al libro de Jorge Luis Borges. Desde el principio establecimos muy bien las bases, las cuales fueron honradas a cabalidad por todas las partes -otra vez- muy por encima de los necesarios documentos de una sociedad.

Uno de los puntos de toque que dio lugar a la buena relación entre los cinco fue darle valor a las aportaciones de cada uno.

Entre cuatro de la misma edad quizá no tenga mucho chiste hablar el mismo lenguaje, pero cuando dos generaciones se entreveran, el reto es grande.

Nos fue muy bien y ahora veo con gusto que les está yendo mejor. De no tan lejos sigo sus logros y hoy que está por DETONAR un proyecto tejido minuciosamente durante un año con otros tres brillantes emprendedores en plena turbulencia de la pandemia y otras desgracias, cobran vida las que llamo “6 reglas de una sociedad”.

Como los salmones, nos aprestamos a nadar contra la corriente, desafiando la abundancia de precauciones que aminoran la intensidad de la vida.

A mis socios les dije no hace mucho que la emergencia sanitaria nos ofrece a TODOS las mismas alternativas:

O dejamos de nadar; o nadamos con la corriente; o lo hacemos contra la corriente.

Los que optan por la primera alternativa, se van a ahogar.

Los de la 2ª, quizá sobrevivan.

Y los de la 3ª vamos a crecer mientras otros se achican.

Para afianzar todo esto, van las 6 cosas que les digo a mis socios:

1.- Hay temas que no entiendo.

2.- Que no tienen qué explicarme.

3.- Pues confío en ustedes.

4.- Quizá les pregunte.

5.- Pero no tienen qué convencerme.

6.- Porque confío en ustedes.

-----------------------------------------------------

1.- Hay temas que ustedes no entienden.

2.- Que no tengo qué explicarles.

3.- Pues confían en mí.

4.- Quizá me pregunten.

5.- Pero no tengo qué convencerles.

6.- Porque confían en mí.

 

CAJÓN DE SASTRE

“Entendido, mi Capitán”, dice la irreverente de mi Gaby, haciéndoles un guiño a mi General y otro a mi Almirante de Yucatán. placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “María Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 50 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.