Otro regiomontano, Carlos Salazar, líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), lanza el grito de auxilio a la administración del presidente López Obrador, con la petición de medidas de apoyo urgentes para la planta productiva nacional ante la emergencia económica que enfrenta el país por la crisis mundial que desató el coronavirus.

El columnista Luis Soto, en El Heraldo, dice que Salazar envió una lista de 10 peticiones a Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia, el otro regio. Obvio, para remitirlas al presidente de México.

Bueno, que dos regiomontanos -Salazar y Romo-, a quienes escucha y aprecia el presidente- encabecen este esfuerzo por implementar acciones urgentes de apoyo a la planta productiva, amenazada con quiebras y despidos masivos por la abrupta crisis de liquidez, luego de que los consumidores, en aislamiento obligado, están dejando de comprar, y de la crisis intempestiva de sectores de la actividad productiva del país, como el restaurantero, aviación, y hotelero, entre otras.

Darío Celis, en El Universal, comenta hoy en su columna que:

“Quizá sea la siguiente semana cuando la Secretaría de Hacienda, que encabeza Arturo Herrera, tenga más claro un paquete de medidas de emergencia para amortiguar el efecto del Covid-19.

“Se trabaja a marchas forzadas con el Consejo Coordinador Empresarial y los miembros de su Comisión Ejecutiva, en la que confluyen las 12 cámaras y asociaciones afiliadas, en el levantamiento de las demandas más urgentes para sostener el aparato productivo.

“Con la cúpula de cúpulas que preside Carlos Salazar se están analizando posponer pagos a capital en créditos a la banca, facilidades a ésta en la provisión para creación de reservas, llevar a cero por ciento el pago del ISR de manera temporal, acelerar el programa de cadenas productivas de la banca de desarrollo con énfasis en capital de trabajo a Pymes, apoyo a las aerolíneas y al sector hotelero que ya empiezan a registrar caídas de cuando menos 30 por ciento en ocupación, preservación de la cadena de valor exportadora, incentivar el traslado de China a México de proveedores y sobre todo impulsar el pago a contratistas del gobierno”

 

LAS PETICIONES

La lista de acciones de apoyo solicitadas por el CCE que encabeza Salazar, de las que también da cuenta Proceso, son las siguientes:

1. Asegurar la liquidez en el mercado financiero.

2. Mantener el esfuerzo de austeridad en las finanzas públicas. En este momento de retos inéditos, el Gobierno debe abandonar el objetivo de lograr 1% del PIB de superávit. Si es necesario, tomar deuda de forma responsable.

3. Fortalecer el Acuerdo de Inversión en Infraestructura entre el Sector Privado y el Gobierno y anunciar de inmediato el plan de inversiones en el sector energético.

4. Depreciación acelerada automática. Establecer la posibilidad de efectuar la deducción inmediata de las inversiones que las empresas realicen sin limitación geográfica alguna, durante el ejercicio 2020.

5. Preservar el empleo. En los casos en que sea inevitable el recorte de puestos de trabajo, otorgar apoyos del gobierno a empresas con recursos fiscales, para que a los trabajadores se les otorgue al menos un salario de subsistencia.

6. Respetar de forma irrestricta el Estado de Derecho, evitando las amenazas de cambios a las normas en operación para empresas que invirtieron en el sector eléctrico, y cambios inaceptables como consultas populares para inversiones hechas.

7. Acelerar los pagos pendientes a proveedores de CFE y Pemex.

8. Apresurar devoluciones pendientes de IVA a empresas y restaurar la compensación universal.

9. Conformar un equipo tripartito del sector privado, trabajadores y gobierno para analizar el impacto económico, y determinar acciones a seguir en la crisis económica.

10. Activar programas especiales de garantías. El papel contra cíclico de la Banca de Desarrollo en situaciones de crisis ha sido fundamental para preservar la planta productiva.

 

DEMORA Y URGENCIA

El mensaje de Carlos Salazar, cercano a AMLO, está claro:

Es de extrema prioridad la implementación de un plan de contingencia para la planta productiva del país ante la emergencia de una crisis económica internacional que estalló con el coronavirus y ya está golpeando a México.

Los equipos de trabajo de Arturo Herrera, del Secretario de Hacienda, en coordinación con el CCE y comunicación con Alfonso Romo, jefe de la oficina de la presidencia, parecen estar trabajando en ese programa de apoyos emergentes.

Pero han tardado.

Clarísimo, también, que en momentos como éste donde la situación se agrava cada minuto para las empresas que se quedan sin liquidez, y para trabajadores que afrontan el riesgo de ser despedidos, y con escasos ahorros, de forma prudente, se debe abandonar la meta de superávit de las finanzas públicas, un principio recomendado para otro contexto; y, también, con cautela, solicitar deuda.

Es lo que están haciendo ahora los gobiernos de los países ricos.

Estados Unidos, acelerando la máquina de imprimir billetes, dólares. Y destinando cantidades extraordinarias de recursos para apoyar el día a día de ámbito productivo -familias y empresas- que afrontarán de pronto una crisis para la que no estaban preparados. Los déficits y deuda de estas naciones avanzadas crecerán. Es inevitable pero no hay otro camino.

Así lo dicta la experiencia internacional en las grandes crisis como la Gran Depresión de los años 30´s del siglo pasado.

La mano de Salazar está tendida. Ojalá sea atendida.