No hablo del coronavirus, sino de otro ya mundialmente famoso y de larga vida que no deja de dar sorpresas: el machismo. La pandemia de Covid-19 lo que hizo fue exhibir que la violencia contra las mujeres es mucho más profunda y aterradora de lo que pensábamos.

El confinamiento no propició la violencia contra las mujeres, sólo la recrudeció, pero allí estaba. El tema ha adquirido tales proporciones que ha sido necesario definir acciones para intentar proteger a las víctimas. Las estadísticas registran que nueve de cada diez llamadas al 911 son para denunciar violencia doméstica contra una mujer. En un mes de cuarentena hubo 210 mujeres asesinadas en México; de tales asesinatos 163 fueron catalogados como feminicidios y de ellos 16 correspondieron a niñas menores de 14 años.

En medio de las protestas lógicas por esta situación que requiere acciones específicas y urgentes, porque el coronavirus ha sido, en ese mes, responsable de menos muertes que las provocadas por la violencia machista, surgen “joyas” de la política que se supondrían impensables.

El coordinador de Comunicación Social, Hugo Jurado Estrada, militante de Morena, del ayuntamiento coahuilense de Francisco I. Madero se pronunció en Twitter contra las madres solteras en términos tan ruines y ofensivos que no hay justificación para que lo mantengan en su cargo. El “servidor público” afirmó en su tuit que “las madres solteras no deberían recibir apoyo del gobierno, deberían buscar a su ex para que las mantengan. Es muy fácil estirar la mano, pero que (sic) tal abrieron las piernas. Bola de mantenidas”.

En la sesión del 24 de abril del Congreso de Coahuila, cuatro grupos parlamentarios suscribieron un punto de acuerdo para exigir que se apliquen las sanciones que correspondan contra este funcionario por haber emitido públicamente expresiones misóginas, discriminatorias y violatorias de los derechos humanos en contra de las mujeres, y en este caso de las madres solteras. Y también deberían exigir sanciones para el edil que lo sostuvo en el cargo, pues no cometió una travesura sino que incurrió en un ilícito.

Ojalá este fuera el único caso de funcionarios con este perfil. Conozco de cerca el caso de un presidente municipal adjunto en un municipio poblano que tuvo un hijo con una joven con quien no se casó, pero también se olvidó de su hijo. Años después contrajo nupcias para escalar en su carrera política; públicamente defiende los derechos de las mujeres, pronuncia discursos ad hoc el 8 de marzo y ofrece despensas a las madres solteras, porque es lo políticamente correcto y porque aspira a mejores cargos, pero jamás le ha dado un centavo a su hijo. Después de varios años, el niño quiso conocer a su padre. La madre lo llevó. Se puso nervioso, pero al ver que ella no iba a pedir nada se tranquilizó, sólo le recomendó al niño portarse bien y estudiar para que logre muchas cosas como él. Parece comedia del Gordo y el Flaco, pero así es.

Estoy segura de que este tipo de funcionarios son legión. ¿Cuántos de los funcionarios que conocen, queridos lectores, tienen un matrimonio “estable”, una segunda casa, amantes jóvenes que consiguen gracias a su posición de autoridad o por una posición económica desahogada o hijos no reconocidos a los que simplemente olvidan y los condenan a vidas desastrosas debido a la pobreza? Eso sí, se presentan en público como personas respetables.

Ese machismo oculto es uno más de los impedimentos para que las políticas públicas aterricen como acciones exitosas.

La pandemia, además, nos ha traído, como género, a otra calamidad: Una derecha envalentonada que pretende sustentar sus tesis antifeministas con discursos “científicos”. Cuando vi en Facebook que un individuo Agustín Laje afirmaba que “el clítoris es un invento feminazi para justificar el hembrismo”, creí que era otro meme de mal gusto contra las mujeres. Busqué información y resulta que Laje es un argentino con licenciatura en Ciencia Política, muy activo en su discurso antifeminista. Este “científico social” niega la categoría “género”, afirma que no es científica. Sabe debatir y plantea bien sus sofismas, ergo, gana público. Escribe en un periódico ultraconservador denominado Prensa Republicana que tiene como lema “Con las ideas derechas”. Es decir, manifiesta su orgullo conservador.

Para estas nuevas cepas del virus machista, resistentes a las ideas y a la realidad, no hay vacuna en preparación, sólo la lucha de las mujeres para echarlos de los cargos y continuar en esta contienda que gana espacios pero también tiene retrocesos, como ya lo demostró la cuarentena. Y es una lucha de poder, no puede ser de otro modo. En este contexto los buenos modales nunca serán apropiados para un enemigo tan feroz.

ramirezmorales.pilar@gmail.com