En estos días a través de esta columna de opinión, mencionamos que las credenciales del presidente municipal Raúl Morón, han demostrado una simulación del esquema de la cuarta transformación y de Morena, partido que lo llevó al poder en las elecciones del 2018, donde indudablemente se vivió un fenómeno uniforme que arrastraba la imagen de Andrés Manuel López Obrador. El alcalde de la ciudad de Morelia, no solo ha consumado el despilfarro del presupuesto municipal con vehículos lujosos, sino que también, pueden observarse otros elementos que nuevamente reabren el abanico de críticas que no han cedido, porque recientemente han permanecido acciones que han sorprendido a la sociedad de la capital del Estado de Michoacán.

Resulta que un vídeo que estuvo circulando en las redes sociales, muestran a las corporaciones de seguridad pública municipal, vilipendiando a dos señores de avanzada etapa, por la simple razón de vender productos para el sostenimiento que produzca un ingreso económico, que minimice la condición que evidentemente padecen miles de personas de la tercera edad; en esas imágenes se comprobó, que varios elementos arrestan a una pareja ante la mirada incrédula de la sociedad, quienes mostraron el agravio de esa forma desenvainada y represiva que simboliza los fenómenos de exclusión y desigualdad social. El tan solo hecho de aprender a dos mayores (por expender papas), constituye un acto impensable; esa incomprensión, hiló la trama regresiva de esos capítulos que ocuparon la desconfianza intensa, al implementar estrategias que lastiman el desaliento de una ciudadanía que ha manifestado el hartazgo de los abusos de esa naturaleza.

Todos los morelianos deseábamos que la narrativa del presidente de la República, aterrizara en el programa que prometía un cambio sustancial del ahora alcalde de la ciudad de Morelia; esa posibilidad, anunciaba una gestión que alimentara mecanismos e instrumentos que dieran estabilidad en la capital del Estado. Sin embargo, la crisis existencial de la administración municipal, resumen el funcionamiento simplista y tradicional de producir política pública. Esto, no solo es una lectura clara, sino la manifestación cualitativa que ha mostrado el fracaso consistente, que es conducido por la inestabilidad de liderazgo, que alcanzó niveles de aceptación adversos del maestro Morón, donde diversos ejercicios lo han señalado como uno de los peores evaluados a nivel Nacional.

El ascenso inoperante, mostró nuevamente ese rostro de simulación ideológica, porque no sé antepuso la sensibilidad generosa, que sin razón alguna, expuso la imagen ampliamente visible que produjo una mezcla de irritación e impotencia, que vivimos los morelianos, por el despliegue policiaco feroz e irracional.

Indudablemente que exista un reglamento institucional, debe privilegiar el diálogo sensible; y más cuando se trata de dos personas que naturalmente son vulnerables por el solo hecho de estar en una etapa madura.

¡Raúl Morón, te equivocaste!

No era necesario ese tipo de situaciones; asimismo, las instituciones de seguridad pública, mostraron que no hay un bosquejo de solidaridad a fin de socavar el desafío de contribuir con la inclusión e integridad de la personas mayores. Fue penoso, ominoso y constituye una afrenta a la administración local de Morelia, que está más preocupada por construir una imagen para las elecciones del 2021, donde posiblemente Raúl Morón, pretenderá aparecer con un suspirante del Movimiento Regeneración Nacional.

¿Por qué no salvaguardar primero los derechos humanos?

¿Por qué adoptar medidas degradantes?

¿Por qué mejor no promover la participación activa de las personas de la tercera edad a través de un programa integral?

Por ello, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, ya abrió un proceso para dar seguimiento de investigación. El trato indigno que recibieron esas personas que incluso iban esposadas, retrata no solo la insensibilidad, sino siembran el escepticismo en la sociedad, quien ha impulsado el maltrato diferenciado que establezca un precedente medular en nuestro contexto sociocultural.

Notas finales: “Por cierto”, a través de un desplegado el alcalde Raúl Morón justificó los hechos, pues hipotéticamente las funciones que realizaban, están fuera de la normatividad institucional de la capital del Estado de Michoacán; asimismo, supuestamente los señores agredieron física y verbalmente a los elementos policiacos. Sin embargo, esta premisa no tiene lógica, porque evidentemente en el vídeo muestra a todas luces, que los policías eran demasiados, como si se tratara de una emergencia social.

Dos personas que manifiestan una fragilidad por su avanzada edad, merece todo el respeto para salvaguardar su integridad física y emocional, ¿no creen?

Nos vemos pronto