Aparentemente la madeja del hilo comienza a desbaratarse. Se teme que lo que se tenía en la bolsa tenga un desenlace negativo en la derrota; la lógica, el juicio, y el razonamiento de la población muestran que, hoy por hoy, prevalece el respaldo a AMLO, pero no del todo a Morena. Además, esperar a que López Obrador resuelva desde las arengas de la mañanera hace aún más difícil el triunfo del partido guinda en tierras michoacanas.

Pero, ¿qué es lo que está pasando?

Si pensábamos que la tensión y la división habían pasado una vez que se eligieron a los coordinadores de la defensa del voto en Michoacán, nos equivocamos: esto apenas comienza. Morena sufrió un duro golpe en este territorio luego de que cerca de 100 mujeres encabezadas por María Ortega Ramírez que coordinan las tareas políticas en sus territorios, renunciaron a su militancia después de lo vivido hace poco en la designación del precandidato en tierras Purépechas.

Fue una cifra considerable y se prevé que de manera oficial se haga pública frente a la prensa más renuncias que estaban pronosticadas sucederían. Sea como sea, Morena dejará de contar con un número importante de votos que puede constituir la diferencia; asimismo, se estima que el efecto se siga multiplicando ante el precedente de ruptura que fue producto de la llegada del precandidato de Morena en Michoacán, y a quien se le acusó de haber sido impuesto.

La gran diferencia entonces, es que el todavía presidente municipal de Morelia, Raúl Morón, no se ha legitimado del todo; prevalece el malestar y ha trascendido que, en medio del desaseo, apareció ya el nerviosismo porque las condiciones no terminan de cuajar y el edil no conecta con la población, ni mucho menos ha tenido la capacidad de sumar a todos los cuadros de Morena para alcanzar la unidad.

Estamos a 5 meses del seis de junio, y la respuesta que parecía color de rosa, se ha tornado oscura. Es obvio que fue un error haber nombrado coordinador del voto al alcalde de Morelia porque, en estos momentos, no garantiza absolutamente nada; es más, numerosos cuadros morenistas han saltado a otro partido puesto que lo desconocen como su abanderado. Muchos se han pronunciado en torno a eso; han bajado la guardia, más allá de que el respaldo al presidente Obrador continúa pero desde otra trinchera.

Parece que no es suficiente la marca de Morena esta vez; ante ello, hemos insistido una y otra ocasión que, el respaldo y arrastre, proviene en grandes cantidades desde Palacio Nacional. Esperar a que eso suceda, será complejo porque el presidente no estará en la boleta electoral; a pesar de que la oposición llega desgastada, contará más el perfil que el partido político, por lo menos en estas tierras

Mientras tanto, no podemos soslayar lo que desde luego está pasando en las filas de Morena. Michoacán es un caso particular si entendemos la naturaleza del proceso que se vivió hace un mes en el epicentro del partido guinda en la Ciudad de México. Hubo críticas, señalamientos y acusaciones y no pasó nada; eso evidentemente irritó a muchos seguidores que, ante la ignominia, han decidido formalizar su salida.

Como naturalmente sucede, las reacciones no se hicieron esperar, no obstante, la raíz del problema parece se agudiza porque presumiblemente este fenómeno continuará en la medida que esto avance; la sensación de que eso suceda, radica en los resultados de los distritos que están a punto de publicarse. 

A pesar de la demanda de registros y del “respeto” a los mecanismos de elección, el saldo que arrojará le puede costar más salidas a Morena

Entonces, todavía no deja de soplar fuerte cuando ya se asoma otra tormenta en la que no han resistido del todo puesto que, el reflejo de la semblanza del presidente Obrador, no será suficiente ya que en esta ocasión estalló la reacción negativa hacia el perfil de Morena en Michoacán.

En términos prácticos y políticos, será muy difícil sanar y curar las heridas que provocaron el hueco profundo que parece inmenso si dimensionamos el tamaño de la decisión; entonces, esa es la razón poderosa por la que, en Michoacán, gran cantidad saldrá de Morena y emigrara a otra tribuna política; no está en manos de Andrés Manuel ni de Mario Delgado, esto es un asunto de convicciones y principios.