Con cuatro hijos a cuestas cuyas edades van de los 4 hasta los 11 años, desde mediados de marzo pasado la mamá cuyo nombre me reservo, ya no haya la puerta. Y el papá, menos, porque sus ingresos familiares se han reducido casi en un 70% debido a la pandemia.

Les platico: Viven en San Pedro Garza García, el otrora municipio más acaudalado de México y de América Latina y por más que los abuelos de sus hijos le han entrado al quite, ni con la lana de las jubilaciones completan para las inscripciones, las colegiaturas, los libros, los útiles escolares y -el colmo- los uniformes de los chavos que el colegiote privado donde estudian quiere cobrarles.

Podría llamarse Irlandés, CECVAC, Himalaya, Liceo, Liceo Anglo Francés, Necalli, Inglés, Cumbres, Euroamerican School, American School, Instituto Americano, Brillamont, Mexicano, Excélsior, Máter u otros.

Todos están iguales: Ahora que las clases se reanuden virtualmente el 24 de éste mes, se la bañan queriendo cobrar como si vayan a ser presenciales.

Quién sabe cuántas de todas las escuelas públicas que tienen matriculados a 30 millones de alumnos en el sistema educativo nacional vayan a cobrar a los padres y abuelos los uniformes, pero el total de los 36,535 planteles educativos privados, sí lo harán.

Según datos que obtuve de la Asociación Nacional de Escuelas Particulares, 12,178 planteles de este tipo en todo el País no regresarán a clases.

El virus se los llevó de encuentro y con ello, 121,297 profesores se quedaron sin chamba.

El último censo de población estudiantil privada -sin contar a las universidades- refiere que hasta diciembre de 2019 había en México 5 millones 350 mil alumnos, el 15% del total del sistema educativo.

La misma fuente señala que en mayo de 2020, más del 40% de los padres de familia de éstos chavos buscaban afanosamente inscribirlos en planteles públicos, debido a la pérdida de empleo y a la drástica disminución de sus ingresos.

El problema estalla ante la falta de infraestructura y capacidad operativa del sistema educativo nacional para absorber a 2 millones 140 mil alumnos más.

De esto no se dijo nada en el anuncio del acuerdo para que las cuatro principales cadenas de televisión y radio del País transmitan de 7am a 8pm de lunes a viernes las clases virtuales de la Secretaría de Educación a partir del próximo 24 de éste mes.

Hay otro tema: 30 millones de alumnos del sistema público más 5 millones 350 mil del privado, significa que hay 12 millones de padres de familia que tendrán qué hacerla de tutores de sus hijos, cuando éstos se sienten frente a la televisión o ante el radio para tomar las clases que los profesores impartirán en línea.

Hasta ahora, no se habla de una capacitación por partes del sistema educativo nacional ni de los planteles privados, para habilitar a las mamás y papás como “maestros virtuales”.

Según datos del Instituto Nacional de Consultoría Familiar de Nuevo León, muy pocos colegios privados han acatado las indicaciones de la Secretaría de Educación de reducir costos de inscripción, colegiaturas y eliminar los cargos por uniformes.

A menos de que sea un requisito que los chavales tomen sus clases en línea sin andar en las fachas habituales del confinamiento.

Solo por el concepto de uniformes, colegios como el Irlandés de Monterrey quieren que los padres y abuelos de los alumnos paguen $3,000, más $1,399 por licencias de los programas y $4,229 por los libros.

Las mismas fuentes indican que solo el 1.5% de los planteles educativos privados a nivel nacional aplican hasta hoy, descuentos en reinscripciones y mensualidades.

CAJÓN DE SASTRE

“Esto es un asalto en despoblado y dejen que les platiquemos luego el abuso que cometen las universidades privadas, con colegiaturas mensuales de hasta $30,000“, dice la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.