La Organización no Gubernamental de origen transnacional  Greenpeace, ya quiere gobernar la capital del país. 

Se ha enfrentado al gobierno capitalino porque pretende imponer su forma de medir las contingencias  ambientales, sin que nada cambie en el entorno de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM). 

Hay organismos internacionales civiles, como la mencionada, que tienen  sede en México, que quieren imponer sus decisiones a los gobiernos legítimamente electos, utilizando a  ciudadanos mexicanos.

Muchas de las acciones que realizan, son impulsadas por  motivos políticos como se ha denunciado en otros países. Las características jurídicas de esos organismos, por lo general de asociaciones civiles, y que operan desde la sociedad civil  fijan sus prioridades y limitaciones y a ellas se tienen que apegar. 

Por lo general  esos organismos son de apoyo técnico o de consulta. Y en algunos casos son muy valiosos. Utilizar las leyes internas para imponer posiciones es una intromisión, así se aleguen beneficios. Es el caso de la ONG de origen transnacional Greenpeace que tiene su sede en Amsterdam, que a través de su sede en México quiere imponer una norma ecológica que se opone al programa de contingencia ambiental  aprobado por un grupo de científicos para enfrentar la contaminación en la CDMX y que prevé una serie de cambios que se irán dando paulatinamente. 

Este gobierno capitalino apenas va a cumplir 8 meses. La situación ha creado roces con el organismo ambiental que trata de imponer su criterio agarrado de las leyes  nacionales. 

La beligerancia de Greenpeace no se mostró a lo largo de décadas en las que se ha mantenido en ascenso la contaminación en la ZMVM. De pronto, violando toda prudencia obtuvo una suspensión  provisional del juez cuarto en materia administrativa para tratar de imponer el marcaje de cien puntos para determinar las contingencias ambientales. Eso la ha enfrentado a Claudia Sheinbaum, experta en el tema y quien apoyada por un grupo de científicos formuló el programa ya mencionado. 

Hay  que considerar que la capital tiene más de 2 millones de vehículos que son los que afectan el 60 por ciento por la emisión de contaminantes y que inserta en ZMVM, recoge los contaminantes de industrias y otros  de las entidades contiguas.

NO SE PUEDE CAMBIAR UN MEDIO  CONTAMINADO SIN QUITAR LO QUE LO PRODUCE 

Los planes formulados por el actual gobierno se fincan en ir eliminando y adecuando aquellas situaciones que crean el problema ambiental. 

La contaminación y los incendios que han crecido en el valle, han exacerbado las críticas opositoras. Los que tenemos décadas de vivir en la capital, sabemos lo que es contaminación  y de qué manera en todos los gobiernos anteriores se manifestó en épocas determinadas. 

La jefa de gobierno ha respondido a Greenpeace que es diferente la aplicación del marcaje de una norma a una contingencia ambiental, porque esta incluye otros conceptos  y un cambio inmediato puede afectar a amplios sectores de la población.  

Greenpeace ha sido cuestionada en varios países en los que se ha enfrentado con los gobiernos y grupos científicos, como  en Estados Unidos donde el grupo de científicos que apoyan la mutación genética le han pedido que deje de meterse y en otros, como Perú, en donde creó conflictos en zonas arqueológicas que resultaron dañadas por su intervención, entre muchos ejemplos. 

La postura del organismo transnacional ya se expresó indirectamente a través de su ex director Alejandro Calvillo, quien la primera semana de julio se lanzó contra el gobierno actual al acusar a la 4T y al partido Morena de estar  negociando los cambios de etiquetado de los alimentos y medicinas en la Comisión de Salud de la Cámara de diputados. 

SE DEBE REVISAR LA ACTUACIÓN DE LAS ONG Y COMPROBAR SU BENEFICIO

En México, las ONG llegaron a 40 mil durante las gestión de EPN, muchas de ellas puestas en evidencia  en este régimen por la forma como sus gestores utilizaban el dinero público, -30 mil millones en ese sexenio pasado-, para su beneficio personal. Algunos autores ha  penetrado en el interior de muchas de ellas para sacar, con notables excepciones, una conclusión negativa. El autor y académico africano Issa G. Shivji, mencionado por la enciclopedia virtual, destaca en su libro Silencio en el discurso de las ONG y su futuro,  que de esos organismos, expandidos en todo el  mundo, su aumento se debe al paradigma neoliberal más que a motivaciones altruistas y se expresa en ellas la relación imperialista que las promueve. “Desean cambiar el mundo sin entenderlo”. 

Las leyes aquí en México permiten la creación  ilimitada de esos organismos que hacen declaraciones públicas permanentes sin dar a conocer en la mayoría de los casos, su entorno y nombres que las forman. 

El periodista especializado, Roberto Fuentes Vivar hizo una lista en marzo pasado de 20 puntos que se refieren a esos organismos a los que critica de llamarse no gubernamentales cuando en su momento la enorme mayoría  ha dependido del dinero público. 

Muchas de ellas han cambiado sus nombres a  Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs). Greenpeace, creada en 1971 en Vancouver, Canadá y que tiene sedes en 44 países, uno de ellos en México,  ahora trata de meterse directamente en los asuntos públicos.