Si desaparecen nuestras lenguas indígenas, estará desapareciendo parte de la esencia del mexicano, de nuestra historia y de la creatividad que han desarrollado los muchos pueblos originarios.

De 68 lenguas indígenas que nos quedan, 31 están en peligro inminente de desaparecer. Los datos que se dieron -en algunos casos acerca solo de 64 lenguas-, durante la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales, la información sobre la fragilidad de esos lenguajes recalcó lo dicho en años anteriores, la urgencia de que se protejan y se rescaten.

Expertos de Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas ( Inali) expresaron su preocupación durante el evento -del 9 al once de agosto-, acerca de extinciones inmediatas y otros lingüistas, advirtieron que de las 364 variantes que aún existen, 185 pueden desaparecer, pero no en lo inmediato, 77 en lo mediato y 43 en alto riesgo. Frente a la intención del pasado gobierno que desde la SEP anunció la cercanía de un país bilingüe con el inglés, ahora se está tratando de recuperar la riqueza de los idiomas indígenas, pero para ello se necesita mucha voluntad política, inversión e interés, de acuerdo a indigenistas.

EN LA MULTIPLICIDAD DEL LENGUAJE ESPAÑOL, ESTÁ EL INDÍGENA

Las formas como se expresa el lenguaje son tan diferentes, que en México la existencia de tantas lenguas indígenas ha producido variantes de expresión de lo más diverso, no solo para crear los llamados mexicanismos, sino miles de vocablos que tienen sus orígenes en esas lenguas primarias.

Puede decirse que el español se ha enriquecido con esas aportaciones, cosa que quizá no podríamos decir con el llamado espanglish, que son simples alteraciones coloquiales de las voces inglesas.

En su Vocabulario Sonorense Horacio Sobarzo recoge centenares de vocablos fincados en el náhualt, en lo que es la lengua caita y las que tienen enriquecidas, mayos, yaquis, seris, pimas, pápagos y otras etnias.

Muchas de esas palabras están incorporadas al lenguaje como parte del español y lo mismo ocurre en todos los estados donde los grupos indígenas conservan sus raíces lingüísticas.

En el Diccionario de la Lengua de la RAE, que recoge mexicanismos y los vocablos creados en toda América Latina, éstos se vuelcan a todo el continente y nosotros podemos nutrirnos de lenguajes peruanos, venezolanos -recuerdo aquel diccionario tan profuso de Rómulo Gallegos en Doña Bárbara- y de Argentina y Chile con gauchos y mapuches y en todos los sitios donde hay lenguas originarias.

UN SOLO INDIVIDUO PUEDE TENER TODA LA SABIDURÍA DE UN LENGUAJE

En el mundo se hablan 6 mil lenguas diferentes, pero aquí son once las más requeridas por los habitantes originarios.

Son las yoto-nahua, seri, maya, totonaco, tarasca, mixe-zoque, chontal de Oaxaca y huave.

En los muchos reportajes y estudios que se han hecho de las zonas indígenas en México, se ha descubierto que de las 364 variantes lingüísticas que se mencionan, muchas de ellas pueden formar parte del bagaje de pocos individuos.

Se ha publicado que cuando se mencionan un sitio de 150 personas y una variante, solo viven ahí dos o tres.

Muertas esas personas desaparece toda una gran riqueza lingüística.

Al Diccionario de Mejicanismos de Francisco J. Santamaría, añadió múltiples palabras a su Vocabulario Joaquín García Izcazbalceta, y en uno de sus suplementos además de incluir los ya reconocidos por el diccionario de la RAE, se da una lista de palabras no contempladas que ha aumentado con el tiempo.

En esa lista hay muchos términos derivados de lenguas indígenas. El pasado 10 de agosto, antes de la representación de la obra Ojo de Perdiz por parte del cuerpo de actores de Orteuv, de la Universidad Veracruzana y dentro de las jornadas del Festival Internacional de Artes Escénicas, se entregó una lista de los modismos veracruzanos en una recopilación llamada Cuencabulario, alrededor de 40.

En ellos se capta la influencia indígena. Palabras como tapake, tismiche, chilpaya, piragua, picho, zanate, entre varias, a los profanos nos suenan a lengua original. Pero los ejemplos son innumerables.