Avangrid, compañía fruto de la fusión de la filial de Iberdrola en Estados Unidos con UIL Holding (que empezó operaciones en diciembre del año pasado), ha incorporado al consejo de administración al ex presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, tras su decisión el pasado 14 de julio de incrementar el número de puestos en el consejo de administración, para llegar a los 14 consejeros.

La nueva compañía empezó a cotizar en la bolsa de Nueva York en el último mes del 2015 con una valoración de 11,993 millones de dólares; los títulos bursátiles del corporativo hispano se han apreciado en 20 por ciento en los primeros seis meses de este año.

El incorporar a Felipe Calderón al consejo de administración de la filial de Iberdrola de los Estados Unidos pareciera ser una especie de pago de favores al político mexicano por parte del corporativo  ibérico.

Iberdrola México empezó a recibir contratos y canonjías muy favorables por parte del gobierno desde que Felipe Calderón era Secretario de Energía en la administración  de Vicente Fox, y nombró en puestos claves de esa dependencia a gente de su absoluta confianza, como  César Nava Vázquez, de director jurídico; Juan Camilo Mouriño Terrazo como subsecretario, y Dionisio Pérez Jácome como titular de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Este grupo compacto otorgó al corporativo ibérico permisos para generar, transmitir, distribuir y comercializar energía eléctrica, todas ellas, actividades que, según el artículo 27 constitucional, eran actividades exclusivas del Estado.   

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinó que los permisos otorgados por la Secretaría de Energía eran ilegales, pero esto no impidió que los funcionarios federales les autorizaran más contratos de ese tipo y con mayores privilegios. 

Dionisio Pérez Jácome como titular de la Comisión Reguladora de Energía, en el 2003 permitió de forma ilegal (según lo determinó la ASF), que Iberdrola porteara electricidad que excedía más del doble de la cantidad que se le autorizó en 2002, para el “autoconsumo” de su socio Nylon de México, por lo que pidió abrir una indagatoria contra los servidores públicos de esa comisión y los de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

La participación del sector privado en la industria eléctrica del país no es nueva, tenemos que recordar que desde 1995 la colaboración privada se dio primero en proyectos de electricidad para la CFE,  bajo el esquema de Construir – Arrendar – Transferir (CAT) que evolucionó en un esquema de Producción Externos de Energía (PEE), que son productores independientes acotados a la demanda del mercado. Con este esquema la CFE se encarga de producir y comprar a privados energía eléctrica, conservando a la empresa estatal la exclusividad en la transmisión y distribución de la electricidad en el territorio nacional.  

Desde antes de la Reforma Energética del 2014, ya el 48 por ciento de la electricidad consumida en el país era maquilada por los conocidos como “Productores Independientes de Electricidad” (PIE), destacándose la empresa española Iberdrola, que tiene como  consejera a Georgina Kessel, quien fuera en el gobierno de Felipe Calderón la secretaría de energía.

Si bien es cierto que había autorización para que empresas privadas  maquilaran energía eléctrica para la CFE, los permisos que otorgó la CRE cuando era titular Dionisio Pérez Jácome, rebasaban lo permitido por la ley,  por lo que se resolvió que los permisos a consorcios privados para generar y vender electricidad en México eran ilegales, la ASF detalló que Iberdrola fue la principal beneficiada. Para esas fechas, la CRE había otorgado 17 permisos de producción independiente que sumaban 7.092 megavatios (MW), lo cual representa el 19 por ciento del parque de generación de la CFE. Entonces habían entrado en operación ocho centrales que producían 3.495 MW. El resto estaba en construcción.

Todos los permisionarios eran filiales de empresas extranjeras. El capital español controlaba 43 por ciento de la producción independiente en México: Iberdrola y Unión Fenosa tenían permisos por 2 mil 242 y 1 mil 712 MW, respectivamente. Las firmas estadunidenses tenían 19 por ciento; las japonesas, 12 por ciento; y las canadienses, 6 por ciento.

La forma que tienen las compañías ibéricas de maquilar electricidad para CFE es a través de plantas  termoeléctricas a base de gas natural. La ASF en su informe adelantado del 2011 señaló que CFE solamente utiliza el 69 por ciento de su capacidad instalada en hidroeléctricas y, en cambio, usa el 80 por ciento de la luz total que generan las empresas privadas, a través de sus plantas y termoeléctricas a base de gas natural.

Las empresas españolas realizan una función que podríamos llamar de “coyotaje” con el gas natural que utilizan. Lo compran en menos de 50 centavos de dólar a Perú y lo introducen al país a 14 dólares por unidad, precio que paga la CFE a través de los contribuyentes y usuarios que padecen las altísimas tarifas de la llamada “Empresa de Clase Mundial”.   

Los beneficios para  Iberdrola por parte del gobierno mexicano no pararon, ya que en el 2006 a la empresa española se le autorizó vender energía a 194 corporativos entre ellos Bimbo, Barcel, British American Tobacco México, Cemex, Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Tiendas Soriana, Maseca, esto mediante la modificación al Permiso para Generar Energía Eléctrica bajo la Modalidad de Autoabastecimiento, expedido a nombre de Iberdrola Energía de Monterrey.  

Felipe Calderón, ya como presidente, le adjudicó a Iberdrola, junto con la francesa Alstom,  un contrato por 605 millones de dólares para modernizar la Central Nuclear Mexicana Laguna Verde.   

Los beneficios que tuvo  en México Iberdrola durante el gobierno de Calderón se vieron reflejados en los estados financieros de acuerdo con información del corporativo en España, su subsidiaria en el país latinoamericano representó en 2007 ganancias netas de 54.7 millones de euros, 64.3 por ciento más que en 2006. En ese año, que fue el primero de la presidencia del panista, se le adjudicaron al corporativo hispano 2 mil 669 millones de euros.    

Iberdrola tiene en México un comportamiento aparentemente poco ético, ya que esta empresa ha sido demandada por varias compañías mexicanas por fraude, empresas a las cuales la trasnacional subcontrató para ejecutar contratos de obra pública de la CFE. Las constructoras mexicanas acusan al corporativo ibérico de  negarse a pagar 100 millones de pesos en obra pública, que entre 2005 y 2007 hicieron para la CFE en diversas partes del país.

Los problemas de corrupción de Iberdrola no sólo se ha dado en México, recientemente su filial en Estados Unidos fue acusada por la Federal Energy Regulatory Commission (FERC) de ese país de obtener ganancias extraordinarias por 330 millones de euros, por alterar artificialmente la cotización de la luz en el mercado mayorista, lo cual supuso un encarecimiento muy elevado de la factura para el consumidor del estado de california.      

Felipe Calderón se une al selecto grupo de ex presidentes que son contratados por empresas privadas a las cuales beneficiaron en sus respectivas administraciones y lo más desagradable del caso es que el panista no renunciara a su pensión como ex presidente.

El ex presidente Calderón Hinojosa es el más caro para el erario del país ya que se erogan mensualmente 812 mil 547 pesos, es decir 9.75 millones de pesos, para el pago de su pensión y el mantenimiento de 19 personas que están al servicio de él, su esposa Margarita Zavala y sus hijos, esto sin considerar escoltas. En la nómina del personal del servicio se encuentra su prima hermana María Antonieta Hinojosa Robles quien tiene un sueldo mensual de 95 mil pesos.