La realidad llegó a un punto inaceptable. La violencia de género es una terrible llaga en un país, a cuyos habitantes ya pocas cosas pueden impresionar cuando se habla de violencia.

Pero el hecho es que nos vemos ante la terrible necesidad de reconocer que en México impera la violencia y que esa violencia tiene caras tan terribles como la violencia de género que hoy tiene ardiendo al país.

Duele, pero hay que decir que hoy México es un país feminicida...

Duele, pero queda la esperanza de que como sociedad tengamos capacidad de sumar voluntades para exigir e implementar acciones que puedan revertir esa inadmisible tendencia.

Es así que las mujeres salen y saldrán a la calle para exigir que los gobiernos actúen contundente y eficientemente para enfrentar esta horrible realidad... Y seguramente muchos estaremos para acompañarlas en sus exigencias.

Pero el punto es que un problema de la dimensión del que enfrentamos exige una respuesta verdaderamente integral, que combata con todo el delito y la impunidad, pero que también atienda las causas y genere condiciones propicias para modificar conductas y reducir los riesgos que cotidianamente enfrentan las mujeres.

Llevando el tema específicamente a las agendas de ciudad y vivienda, habría que analizar a detalle cómo se traducen ambos factores en las dinámicas cotidianas que viven las mujeres y, en consecuencia, en los riesgos que enfrentan en materia de violencia y violencia de género.

¿Qué tal seguros son los barrios en que viven, el transporte público en que se mueven o las calles, parques y zonas comerciales en que satisfacen sus necesidades?

¿Tienen acceso a una vivienda adecuada?

Y es que las ciudades no son solo un escenario... Son causa y consecuencia, y es por ello tan importante que cuando se hable de violencia y violencia de género, se ponga toda la atención en los procesos de planeación y gestión urbana, así como en las políticas de vivienda.

El objetivo debe ser crear ciudades que transformen conductas y generen entornos que protejan a las mujeres y a todo grupo vulnerable.

El reto está en hacer ciudades que sean mejores entornos para que las familias se desarrollen, compensando todo tipo de desigualdades, con muy especial énfasis en buscar equidad y seguridad para mujeres, niños, ancianos y personas con alguna discapacidad.

Es increíble lo que se puede lograr al poner alumbrado en un parque público, mejorar y ampliar banquetas, o abrir ventanas y zona comerciales hacia la calle.

Esto es relevante si entendemos que la planeación urbana es un sistema complejo, al que con entre más y más precisos datos alimentemos, mejores posibilidades habrá de obtener mejores resultados.

Se trata de tener claridad en lo que se busca para, con el respaldo de un diagnóstico preciso, formalizar políticas, instrumento de planeación y gestión urbana, ajustes a la legislación y partidas presupuestales, que respondan a una ruta crítica que tenga como objetivo lograr una transformación urbana planeada.

Una transformación urbana que ofrezca eficiencia, competitividad económica y protección del medio ambiente, pero que, ante todo, dé una respuesta contundente a una agenda social que ofrezca oportunidades de desarrollo, en un entorno seguro para todas las personas.

Se trata de entender las ciudades a partir de una visión que considere las necesidades de todos los segmentos de población, haciendo frente a los problemas más graves y creando condiciones que permitan reducirlos y eventualmente acabarlos.

Se trata de generar entornos adecuados y recorridos seguros, que minimicen la exposición al riesgo de las mujeres y les faciliten desarrollar todas sus actividades sin tener que preocuparse por si serán víctimas de alguna clase de violencia.

Se trata de que las autoridades planeen mucho mejor ciudades y políticas de vivienda... Se trata de que inviertan en infraestructuras, espacios y transporte públicos...

No se puede tolerar que no haya acciones ante la ola feminicida que enluta a nuestro México.

Es inaceptable que no haya acciones inmediatas en materia de planeación y gestión urbana y que no haya un cambio radical en los paradigmas que definen inversiones y modelos de transformación de las ciudades.

Le llaman planeación urbana con perspectiva de género... Y esta Perspectiva de Género debe ser referente obligado en los procesos urbanos... y más en estos tiempos feminicidas absurdos y malditos...

Porque la planeación urbana debe ser una prioridad nacional que permita tener ciudades en que los niños puedan jugar en la calle, caminar a la tienda de la esquina o a la escuela y usar el transporte público.

Ciudades en que las mujeres se puedan desarrollar en forma integral y con absoluta libertad, sin los enormes riesgos que hoy evidentemente implica

Ese es el reto, entender y atender los retos urbanos, presentes y futuros, desde una perspectiva de género que permita que ciudades y viviendas sean el espacio adecuado para que nuestras familias se desarrollen.

Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas inmobiliarios y urbanos

Twitter: @horacio_urbano

hurbano@centrourbano.com