En el 2006 Juan Ignacio Torres Landa fue llamado por el comité nacional del PRI para que considerara ser candidato a gobernador de Guanajuato cuando el tránsfuga Wintilo Vega, asesorado por el intrigante de Amador Rodríguez y otros personajes, renunció a ser abanderado para las elecciones de gobernador ocurrió el siguiente suceso.

Torres Landa pidió que lo dejaran hablar con López Obrador para ver si lograba una alianza con el PRD. Lo hizo, le dijo al tabasqueño que compartían ideales del liberalismo social mexicano y que se identifican en su visión por reducir el marginalismo en que viven millones de mexicanos de manera urgente.

El tabasqueño lo escuchó. En esos momentos, antes de que apareciera el ahora conocido “síndrome del cállate chachalaca”, AMLO tenía 11 puntos de ventaja sobre Felipe Calderón y más de 20 sobre el farsante Roberto Madrazo.

Su cálculo fue que ganaría a Calderón con o sin los votos de Guanajuato.

Y le contestó comedidamente a Juan Ignacio Torres Landa que no iría con el PRI en ninguna coalición.

Pero el cálculo le falló al tabasqueño. Después de los desbarres de soberbia y exceso de confianza que se iniciaron con el grito a Fox de “Cállate chachalaca”, AMLO entró en un tobogán de pérdida de aceptación popular.

La frase del terrorista mediático Antonio Solá contratado por Vicente Fox a instancias del ex presidente español Aznar, “López Obrador es un peligro para México” , tomó credibilidad con el cambio de actitud del tabasqueño que se sintió ganador antes de tiempo.

En menos de 30 días AMLO perdió 9 puntos en las preferenciales electorales.

Y después vino el día negro del primer domingo de julio del 2006 y la madrugada de ese lunes.

López Obrador perdía la presidencia de la república por los votos que le había ofrecido Juan Ignacio Torres Landa y que no consideró necesarios para su triunfo.

El distrito de Salamanca marcó la diferencia del 0.4% con que ganó, con muy poca credibilidad, el panista Felipe Calderón.

Ahora vienen en Guanajuato los recuerdos del porvenir.

AMLO impulsa la candidatura de un político veterano, rebasado por los nuevos escenarios electorales, de nombre Ernesto Prieto.

Este personaje postulado por el PT como candidato a gobernador de Guanajuato está enterrando a la izquierda en la entidad. El aspirante postulado por el PRD, Adolfo Montes de la Vega, es ignorado por un soberbio AMLO. Y Mientras Ernesto Prieto apenas alcanza el 1% de la intención de voto, Montes de la Vega tiene 11%.

Y aun así AMLO directamente apoya a Ernesto Prieto con todas las negativas consecuencias para, Adolfo Montes, quien le ofrece el caudal de votos más significativo en Guanajuato.

Llegan recuerdos que se insertan otra vez en el porvenir electoral del tabasqueño.

Esas actitudes le alejan solidaridades importantes como la de intelectuales prestigiados, empresarios que lo escuchaban con atención y analistas que lo ven ya apenas compitiendo con la ultra derechista Josefina Vázquez Mota por el segundo lugar en la elección de julio próximo.

Recapacitará AMLO en Guanajuato?

Sería una señal para el contexto integral de su campaña