Un estado tan grande y de problemática tan compleja como es Jalisco no puede gobernarse a larga distancia ni a través de tuitazos. Antes de siquiera pensar tomar un descanso y tras decidirlo así anunciar su ausencia de varios días basado en ‘la necesidad de un equilibro para dedicarle tiempo a sus hijas’, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, debió pensar las implicaciones de abandonar su responsabilidad primaria que es procurar la seguridad y el bienestar de sus gobernados.

La ausencia del mandatario de Jalisco dejando encargado del despacho al avezado Secretario General de Gobierno Enrique Ibarra Pedroza -quien por cierto hizo gala de su madurez y experiencia- , ocurrió estando en pleno curso y apogeo un gran incendio que arrasó con casi dos mil hectáreas del Bosque de La Primavera, el principal pulmón para los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara, al que le siguió otro más, también de gran magnitud, registrado en el Vertedero de residuos del municipio de El Salto.

La Emergencia Atmosférica para los municipios de Tonalá y El Salto se activó el lunes a las 8 de la mañana luego de que los ayuntamientos afectados notificaran a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) sobre el siniestro, y se comprobara que la pluma de contaminantes generada por el incendio ya mencionado, exponía a un riesgo moderado a la salud de la población aledaña. 

Todo lo anterior sin poder dejar de mencionar el persistente incremento en la inseguridad, ya que los malhechores no dan tregua, pues tan solo el fin de semana se informó de una finca en la colonia El Colli Urbano de Zapopan, de donde hasta el momento se han recuperado 17 cuerpos. No hay avances en la contención de la inseguridad, que es mucho más grave que en el  sexenio anterior, y no parece claro exista coordinación y armonía entre los responsables principales de las labores para brindar paz y tranquilidad a los jaliscienses. Por si fuera poco se ha informado la dimisión de un importante personaje clave, el hasta hace pocos Fiscal Ejecutivo de Investigación Criminal, el ex procurador estatal Salvador González de los Santos, al parecer por discrepancias con el Fiscal Estatal Gerardo Octavio Solís Gómez y el Coordinador de Seguridad Macedonio Tamez. 

Cuando Enrique Alfaro Ramírez decidió postularse para alcanzar el cargo público tan delicado y complejo de emprender, como lo es ser Gobernador de Jalisco, debió tener clara conciencia de la grave responsabilidad que ello implicaba no solo en cuanto a la esfera política y del manejo de la administración pública, sino de velar  por la seguridad y tranquilidad de la comunidad jalisciense, debió tener muy visible que por decisión propia asumió el compromiso de entregarse plenamente a la tarea en favor del bienestar de los jaliscienses habiendo protestado cumplir con su encomienda al límite de su capacidad y en los términos que mandata la Constitución de la República y la de nuestra entidad federativa; seguramente sabía que su nuevo encargo asumido apenas el pasado 6 de diciembre de 2018 implicaba sacrificio personal y, por más que no se quiera ver así, conlleva también un menoscabo en cuanto al tiempo para la convivencia familiar, de ahí que lo cierto es que no caben pretextos para atender a plenitud el gran compromiso para el que solicitó el voto del electorado jalisciense.  

Quizá la ausencia del gobernador no hubiese sido del todo notoria sino fuese por el siniestro que vivió el Bosque más apreciado por los tapatíos. En algún lugar del mundo, Alfaro Ramírez fue enterado de lo que ocurría y dadas las circunstancias se vio obligado a hacer acto de  presencia aunque fuese a través de sus redes sociales. 

Y así, mientras literalmente, Jalisco se encontraba en llamas, escribió:

“Los equilibrios son importantes en la vida. Hoy me toca estar con mis hijas. Semana Santa y Pascua son días de mucho trabajo y estaré concentrado en ello, por eso estaré este fin de semana fuera con mi familia. El martes de regreso a seguir la chamba”, fue el mensaje que subió Alfaro Ramírez a sus redes sociales en punto de las 15:00 horas del viernes 12 de abril, mientras decenas de brigadistas combatían siete incendios dispersos por todo el estado.

Las redes sociales -otrora campo de respaldo para Alfaro y desde donde hoy la comunidad le critica severamente - también empezaron a calentarse debido al enojo que provocó la comunicación del Gobernador, ya que en tanto los ciudadanos compartían impactantes imágenes de la voracidad del fuego, de la contaminación que se estaba generando, de los videos de brigadistas arriesgando su vida en medio de las llamas, y los ciudadanos se organizaban para llevar ayuda a quienes combatían el fuego, ofrecían sus albercas para que los helicópteros en acción dispusieran de agua para atender la parte alta del incendio del Bosque La Primavera, y otros se veían obligados a abandonar sus hogares dejando a merced de la suerte sus patrimonios, la máxima autoridad del Estado, quien protestó proteger a los jaliscienses, se despedía para gozar de un descanso en busca de equilibrio.

El gobernador debe entender claramente que, ante todo y salvo temas de absoluta urgencia o imperativa necesidad, excusables, debe prevalecer la obligación suprema del mandato de la sociedad y cumplir a cabalidad la responsabilidad adquirida al postularse al más alto cargo del servicio público en la entidad. 

El tema es que, a pesar de que anunció estaría de regreso a laborar desde el martes 16 de abril, no apareció públicamente, se dijo que ya estaba al frente del Ejecutivo pero en audiencias privadas, como si fuésemos ingenuos y la presunción no fuere clara en cuanto a que su ausencia se alargó hasta el día siguiente pues ni el intento hizo quizá de acortar sus vacaciones. Evidentemente hay momentos privados, pero después de una falta tan notable, de un regreso tan esperado y de un conflicto tan sólido como el que ocurrió no puede esperar para dar la señal clara que está de regreso y al mando porque mientras no lo haga parecerá que sigue ausente. 

Siendo que hizo presencia pública hasta el miércoles 17 de abril hasta el mediodía y evitando enfrentar a periodistas que podrían cuestionarlo, por medio de redes informó que presidió una reunión de información con su equipo de trabajo.

Otro punto por analizar en este asunto son las causas del trágico incendio que devastó mil 900 hectáreas del Bosque de La Primavera, autoridades y funcionarios afirmaron que se trató de un incendio provocado que seguramente responde a la voracidad de gente sin escrúpulos que pretende hacer negocios en los predios siniestrados por el fuego. 

Ante ello será importante una revisión a fondo del esquema de contención en cuanto a las urbanizaciones en este tipo de predios, siendo relevante el análisis sobre las necesarias mayores restricciones previas y posteriores, además de explorar con objetividad la posible expropiación.

La recurrencia y la causa, en el caso de La Primavera, hacen necesaria una detallada revisión a la legislación, pues los incendios son constantes en esta época y nunca se sabe de personas sujetas a proceso o que estén cumpliendo alguna sentencia por provocar el fuego.