“Que estén los mejores, sin distingos de sexo”

Yomero

 

Hace algunos años trabajando en la Universidad Autónoma de Nuevo León cerca del entonces rector, el Doctor Alfredo Piñeyro López, alguna vez le preguntamos el por qué de la decisión de incorporar en puestos clave a un buen número de mujeres y el eminente galeno respondió: “porque son honestas, leales, incansables y porque cada una de ellas son tan buenas o mejores en su disciplina que el mejor de los hombres”.

Adelantado a su tiempo, Piñeyro contó con equipos conformados por una buena cantidad de mujeres. El Rector nunca habló de paridad o de igualdad en las contrataciones, las tenía ahí porque eran excelentes profesionales que daban resultados.

Comprendo que por años las mujeres fueron relegadas e incluso maltratadas en la vida política de nuestro país y que para ellas significaba un esfuerzo enorme el abrirse paso en una jungla de hombres, pero creo firmemente que los tiempos han cambiado.

No comparto la visión de la paridad impuesta y de que a la de “a fuerza” los puestos y cargos deban ser repartidos en igual número para hombres y mujeres.

Hablan de representatividad, pero entonces habría que incluir a otros en la repartición y ya en ese caso los correspondería estar en un lugar por su circunstancia, que no por sus conocimientos.

Estoy convencido de que somos iguales por lo que no le encuentro sentido a las nuevas disposiciones legales que obligan a una paridad que pondera el sexo de las personas por encima de sus capacidades.

No entiendo cómo alguien como la diputada Claudia Tapia presente una iniciativa para obligar a que el gobierno a repartir la titularidad de las dependencias en igual número de hombres y mujeres. Debe haber, porque los hay, mejores profesionales de un sexo u otro, pero no todos tienen deseos de trabajar en el servicio público; entonces, ¿desechamos al o la mejor para algo simplemente porque es mujer u hombre?

Peor aún, la legisladora propone que para la Fiscalía General de Justicia el Gobernador envíe una terna paritaria cuando vaya el Congreso a nombrar al titular. ¿Cómo hacer una terna paritaria?

Reitero, debemos aspirar a tener a los mejores sin importar si son hombres o mujeres, profesionales comprometidos con el encargo que les sea conferido y que de desempeñen con rectitud y entrega.

Ya es tiempo de cambiar el switch del discurso, es hora que se dejen de victimizar y que sean los resultados los que hablen por cada quien. ¡Basta ya de exigencias y esquemas cerrados, basta ya de imposiciones! Que las capacidades de las mujeres y los hombres hablen por cada uno y que en el servicio público estén simple y sencillamente los mejores.