“Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”

Camille Sée

 

No cabe duda, no aprendemos de las lecciones.

Mientras las Bolsas de Valores del mundo se comportan volátiles por la presencia del Coronavirus, en México nuestras autoridades insisten en esa tonta postura de creer que “a nosotros no nos llegará” simplemente porque lo dicen.

En mayo de 2009 el gobierno de Felipe Calderón paralizó al país por el AIHN1, medida que si bien tuvo repercusiones económicas, a la larga demostró que fue mucho más económica en términos de dinero y sobre todo de salud, que el haber permanecido inmóviles. El virus, también, fue uno de los principales detonantes para que Fernando Elizondo perdiese la carrera por la gubernatura al encerrarse durante esos días mientras que Rodrigo Medina salía a las calles a repartir cubrebocas.

En medio de una crisis por falta de medicamentos y con un ambiente enrarecido por versiones que circulan de falta de médicos y camas en hospitales, los mexicanos no vemos un programa preventivo ni de contención del mal que ya ha llegado a los Estados Unidos.

Es necesario empezar a comprender, entender y creer, que el virus no conoce de edades ni posiciones sociales, le pega a cualquiera y puede matar.

En Nuevo León funcionarios del sector Salud ya mostraron los uniformes que utilizarán para tratar a los pacientes infectados, pero me parece que eso es atender el efecto en un mínima parte y no la causa.

La clave hoy es prevenir mediante la educación y la información.

Hay muchas cosas que se pueden hacer en la vida cotidiana que pueden minimizar las posibilidades de contagio: lavarse las manos y usar un desinfectante en forma frecuente; evitar saludar de mano y de beso a todas las personas; toser o estornudar cubriéndose con el antebrazo; no acudir ni estar cerca de animales vivos o frutas frescas; no comer alimentos que no estén bien cocidos; evitar tocarse con las manos ojos, nariz o boca; si tiene tos, fiebre o dificultad para respirar, acudir de inmediato al médico.

Con estas simples medidas se puede reducir la posibilidad de infección, pero repito, no se aprecia que el gobierno haga nada y diese la impresión de que o les vale una pura y dos con sal y de plano están paralizados por el miedo.

Si el gobierno en sus distintos niveles no hace nada, no nos queda otra remedio que cuidarnos nosotros mismos. Vamos tomando previsiones que nunca estarán de más, comparta y difunda estos pequeños consejos que bien pueden salvarnos la vida.